Porno sí, porno no. Es un debate habitual entre algunas parejas. Al parecer, varios puntos sobre este tema pueden traer serios problemas.

Pero esta vez, es la ciencia la que ha hablado. La Universidad de Utah publicó hace unos meses este artículo donde se trataban los problemas que el consumo de porno podría causar a la salud de la pareja.

El estudio relacionaba la adicción al sexo, el aislamiento e incluso la violencia como consecuencias del consumo excesivo de porno.

Dicha universidad presentaba pruebas sobre cómo el porno afecta a la autoestima y distorsiona de forma negativa la imagen que tenemos de nosotros mismos, lo que afectaría a la pareja.

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Esto ocurre cuando empezamos a compararnos con los actores, tanto la libido (que está trucada porque ellos utilizan técnicas para grabar y que parezca que aguantan horas y horas), el cuerpo, el tamaño del pene... Y cuando comparamos las actitudes de nuestras parejas, sus cuerpos y los gustos sexuales con las actrices de las escenas.

Alexandra Katehakis, del CHS, publicaba en Pyschology Today un estudio sobre cómo el porno afecta al desarrollo cerebral en adolescentes.

Al parecer, el incremento del consumo de pornografía entre adolescentes, debido al fácil acceso vía internet, estaría afectando a su desarrollo sexual a nivel cerebral.

El consumo de porno afecta al desarrollo del cerebro en la adolescencia de manera negativa

Durante esta época, mientras se establecen nuevas conexiones y el cerebro es más moldeable, el porno mostraría una realidad sexual distorsionada que podría pasar factura con el tiempo.

En los últimos años, el número de jóvenes que sufren disfunción eréctil, eyaculación precoz y problemas de erección ha aumentado, algo que Katehakis señala como posible consecuencia del porno.

Debido a la realidad que se ha formado en el cerebro durante este período, los jóvenes tendrían problemas a la hora de mantener relaciones sexuales satisfactorias.

Además, señalan el peligro que esconde el acceso a cierta pornografía durante esta edad por el mismo motivo: una configuración cerebral en la que se entiende la violencia como algo satisfactorio.

El debate está abierto. Y vosotros, ¿Qué opináis?