30 cosas a evitar cuando cumples los 30
Adiós a las camas de 90, los pantalones caídos, las carteras a reventar, los ‘búhos’ nocturnos…
Algunas de las cosas de esta lista tampoco las deberías hacer en la veintena, pero lo damos por válido porque aún se es joven. Ahora bien, cuando cambies el prefijo, ¡olvídalas!
Tu pelo te define, destierra la gomina si es para crear peinados estrambóticos.
Las hamburgueserías, por muy de moda que estén, no son nunca la primera opción al elegir un restaurante.
Los pósters de tu habitación de adolescencia no deberían haber pasado de la barrera de los veinte años.
Los pantalones y los cinturones deben ir en la cintura, ni más ni menos.
Las carteras de un adulto se caracterizan por poco ruido y muchas nueces. Aligera su peso dejando lo fundamental.
La ropa deportiva es para hacer deporte, no para vestir. Aunque la tendencia puede que nos haga comer estas palabras…
Hay que asumirlo, las seis de la mañana es una hora para despertarse, no para acostarse.
En el caso de que te acostaras a esa hora, procura que el día siguiente no sea un resacón.
Puedes tener refrescos en la nevera, pero no tantos como para que parezca un piso de estudiantes.
Las cortinas, aunque no lo creyeras antes, hacen más confortable un hogar. Cámbialas si tienen más de 5 años.
Igual suerte debe correr tu ropa de cama y de baño.
El café recalentado no es Esquire. Ten una cafetera pequeña pero que permita siempre tener café recién hecho.
Las videoconsolas pueden existir, pero no deben ser el gadget de referencia en tu hogar.
Deberías tener una biblioteca, o al menos amago de ella, con obras claves. Y sí, leerlas.
Las visitas al hogar materno no son visitas a la lavandería o a un restaurante.
Procura tener una cocina útil y conjuntada, aunque no sea muy grande.
Las camas a partir de los 30 deben ser de dobles, se usen o no. Es un signo de libertad.
El baño debe ser una estancia recogida y con pocos objetos a la vista. No interesa que sepan todo lo que puedes usar para estar bien.
Tus aerolíneas de confianza no serán compañías lowcost, pero no deberás pagar mucho más por ello.
Sabes que te has convertido en un adulto cuando tu maletín o portafolio está a la altura.
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