Los mejores libros de Paul Auster

«Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él. Mucho más tarde, cuando pudo pensar en las cosas que le sucedieron, llegaría a la conclusión de que nada era real excepto el azar». Este es el inicio de Ciudad de cristal, la primera de las novelas cortas que constituyen La trilogía de Nueva York junto a Fantasmas y La habitación cerrada. El género policiaco se entremezcla con la filosofía del lenguaje y la metafísica. Tres historias detectivescas de gran simbolismo e intriga. Los juegos de espejos, las tramas superpuestas, y las extrañas y fortuitas confusiones, todos estos recursos narrativos marca de la casa, se advierten con maestría en esta fascinante obra que, además, es perfecta para iniciarse en el profundo universo de este autor inigualable.

Uno de sus títulos más vitalistas y esperanzadores, Brooklyn Follies es la demostración de la destreza narrativa de Auster para exponer distintas historias en un mismo texto sin perder el ritmo ni el pulso literarios. Publicada en 2005 en Estados Unidos, la novela narra las aventuras de Nathan Glass, un exvendedor de seguros que ha acaba de divorciarse y ha superado un cáncer de pulmón. En su regreso a Brooklyn para pasar allí el resto de sus días, Nathan se topa con su sobrino, a quien hace años que no veía. Este encuentro y algunas nuevas amistades harán que el protagonista divise nuevos rumbos a su decaída existencia. Pura extrañeza, pura originalidad, puro Auster.

No hay admirador de Auster que no tenga a la novela El libro de las ilusiones entre sus favoritas. El protagonista es David Zimmer, un profesor de Literatura cuya mujer e hijos fallecieron en un accidente de avión. Su vida entra en un espiral hacia la destrucción y la nada hasta que viendo la televisión el actor de cine mudo Hector Mann le hace reír y decide indagar en la vida de este artista. De nuevo el azar y la identidad son temas fundamentales en una historia que no está exenta de misterio. Se trata de la primera obra del siglo XXI que publica el escritor, una tragicomedia austeriana que se convierte, además, en un bello homenaje a la magia del séptimo arte.

Perturbadora, terrorífica y angustiante. Muchos son los adjetivos que pueden describir esta novela, pero todos relacionados con el hecho de sentir terror y ansiedad, de ponerte los vellos de punta. Comparado con Kafka, Beckett y la literatura gótica, La música del azar presenta a Jim Nashe, un personaje que deambula por América con su coche tras ser abandonado por su mujer. Viviendo en moteles y sin rumbo fijo, conoce un día por casualidad a Jack Pozzi, un joven jugador de póquer. Junto a él competirá contra dos millonarios en una recóndita y gigantesca mansión. Es probable que su desenlace sea, junto al de Brooklyn Follies, el mejor de todos los que ha escrito Auster.

Su última novela y quizás la que cierre su trayectoria en la no ficción si nos atenemos a sus propias palabras. Es, además, su obra más extensa: un total de 960 páginas. Publicada cuando el escritor había cumplido los setenta años, 4, 3, 2, 1 narra las posibles vidas de Ferguson, muy distintas unas de otras dependiendo de las decisiones que tome durante su existencia. La vida personal del protagonista y la de Estados Unidos se unen en una madura y reflexiva novela que ha sido definida por algunos críticos como la mejor de toda su obra. Los caprichosos juegos del destino y las impredecibles impertinencias del azar alcanzan aquí enorme profundidad.

«Fue el verano en que el hombre pisó por primera vez la luna. Yo era muy joven entonces, pero no creía que hubiera futuro. Quería vivir peligrosamente, ir lo más lejos posible y luego ver qué me sucedía cuando llegara allí. Tal y como salieron las cosas, casi no lo consigo». Así comienza El Palacio de la Luna, la última novela del escritor en la década de los 80. Ambientada a finales de los 60, sigue los pasos de Marco Stanley Fogg, un joven que cae en la indigencia tras la muerte de su tío, única persona que velaba por él, y pasa hambre al tiempo que habita una cueva de Central Park. Una joven de nombre Kitty Wu y un viejo pintor paralítico lo rescatan, y junto a ellos se da cuenta de lo mucho que le queda por vivir y descubrir. Entre la historia paternofilial y la novela de aventuras, El Palacio de la Luna es otro título clave para sumergirse en el microcosmos austeriano.

Con idéntico título a la obra magna del filósofo Thomas Hobbes, Auster publicó un libro cargado de interrogantes políticos y filosóficos. Peter Aaron es uno de los dos personajes principales de esta novela, el único que conoce la identidad de un hombre que ha fallecido como consecuencia de la explosión de una bomba, el misterioso Benjamin Sachs, el otro protagonista. Es por ello por lo Peter escribe la interesante biografía de su amigo antes de que el FBI lo interrogue. De nuevo el juego de la matrioshka, de nuevo los paralelismos identitarios, nuevamente el enigma en otra deliciosa trama detectivesca.

Los primeros síntomas de la vejez provocan en Auster la necesidad de rememorar episodios fundamentales de su vida. Narrada en una original segunda persona, Diario de invierno (publicada en 2012) es una autobiografía que supone el desnudo emocional e intelectual del escritor, quien relata sin pudor los traumas de su infancia, las experiencias sexuales de su adolescencia o las inseguridades en su vida adulta. Diferentes momentos de una existencia marcada por la literatura, el amor, la familia y los viajes. No renuncia a exponer detalles sobre sus matrimonios, la relación con sus padres o la historia de sus abuelos. Unas memorias imprescindibles, tan melancólicas como reconfortantes.

El enigma sobre la identidad de Mr. Blank vertebra esta curiosa novela, colmada de autorreferencias literarias, que retoma algunas de las obsesiones del escritor como son el lenguaje o el destino. Este hombre de edad avanzada, Mr. Blank, se encuentra encerrado en una habitación sin saber quién es y qué hace allí. Recibe visitas de extraños personajes que le acusan de diversos asuntos del pasado, y al mismo tiempo está siendo vigilado. Viajes por el Scriptorium proporciona los ingredientes necesarios para una lectura subyugante e imposible de pausar hasta alcanzar la última página. Se publicó en el año 2006.

Una de las historias más surrealistas y peculiares del escritor. Tombuctú relata con humor las andanzas de Míster Bones, un perro cuyo dueño es un vagabundo que se hace llamar Willy Christmas desde el día en que Santa Claus le habló desde el televisor. Willy presiente que su final se halla muy cercano en el tiempo y es por lo que se apresura en la búsqueda de su profesora de instituto para confiarle su perro y sus poemas. Novela corta, ideal para leer durante las Navidades, en la que el lector crea un especial vínculo con el perruno protagonista.

Walt es un niño que puede volar, se lo enseñó un día el Maestro Yehudi. Cuando gana años y se convierte en adulto la magia desaparece. Aunque pueda parecer una novela fantástica, Mr. Vértigo es un drama que transcurre durante los penosos años de la Gran Depresión en los Estados Unidos. Una bildungsroman con gran trasfondo histórico, narrada en primera persona y escrita con bastante sensibilidad y ternura. Se aparte un poco de sus novelas más oscuras y detectivescas, y en el año de su publicación desconcertó a algunos lectores, pero en la actualidad se le ha otorgado el lugar destacado que merece.

Con distintos escenarios, complejos personajes y problemas de índole político y filosófico de fondo, Invisible se convirtió desde su aparición en el año 2009 en una de las novelas más celebradas de Auster. Las inesperadas obsesiones, lo arbitrario del azar o el acercamiento a la identidad propia y ajena vuelven a ser pilares esenciales del planteamiento temático del escritor, quien vuelve, además, a bifurcar las historias y proporcionar sorpresas en cada nuevo capítulo, señas de identidad de su estructura narrativa. El joven poeta Adam Walker es el protagonista de esta inmersión hacia el mundo adulto que se inicia cuando conoce a una pareja de seductores franceses que causan en él una fuerte atracción.