Hay muchas maneras de percatarse el paso del tiempo. Las externas pueden traducirse en los diferentes tipos de arrugas que van marcando nuestra piel o en las entradas que amenazan con una calvicie inminente. Pero, si llevamos una vida activa y nos cuidamos también por dentro, es decir con una buena alimentación y haciendo ejercicio de manera habitual, lo más probable es que los resultados se reflejen también en el exterior... más pronto que tarde. Por eso es tan importante cuidarse y la tendencia del bienestar global va ganando posiciones como una de las prácticas estéticas más de moda. Se trata de llevar una vida saludable para prevenir, en lugar de tratar los daños ya causados. Y si hablamos de vida saludable no podemos perder de vista las vitaminas esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar como es debido. Una de las más importantes es la vitamina D3. Una vitamina que en ocasiones no alcanza los valores adecuados en el organismo provocando una serie de problemas. Esto es todo lo que tienes que saber sobre esta vitamina responsable de la buena salud de los huesos o las articulaciones, entre otras.

Qué es la vitamina D3

La vitamina D3, también conocida como colecalciferol, es una vitamina que no está activa en el organismo, es decir, que se sintetiza en a través de una exposición a la luz solar directa. Además, esta vitamina deber ser procesada por el hígado y los riñones y se absorbe mejor cuando se ingiere con un poco de grasa.

Para qué sirve la vitamina D3

Básicamente la vitamina D3 nos ayuda a extraer más calcio de los alimentos que lo contienen, es decir, favorece la asimilación del calcio y el fósforo en los huesos. Pero, además cumple otras funciones como controlar la presión arterial, regular el funcionamiento del sistema inmunitario, ayudar a combatir el envejecimiento y favorecer la adecuada coagulación de la sangre.

Cuáles son los beneficios de la vitamina D3

Tener unos niveles adecuados de esta vitamina hace que nuestros huesos y articulaciones estén fuertes, nos ayudan a mantener la flexibilidad, resistencia y calidad de los huesos, ayuda a prevenir enfermedades e infecciones gracias a que fortalece el sistema inmunitario. También mejora el bienestar y nuestro estado de ánimo y ayuda a combatir enfermedades metabólicas como la diabetes o la hipertensión.

Dónde se encuentra la vitamina D3

Como decíamos al principio la vitamina D3 es una vitamina que necesita de procesos internos y externos como la exposición solar para conseguirla. Su déficit es más común de lo que se pueda pensar precisamente por este motivo. Se necesita de una exposición diaria al sol de 30 minutos, pero al mismo tiempo, necesitamos protección frente a los rayos UV por lo que su eficacia con estos fotoprotectores disminuye. Además, los alimentos en los que está presente, como el aceite de hígado de bacalao o la mantequilla, no son productos de los que se deba abusar por su alto contenido en grasa. Por todo ello, tomar suplementos con vitamina D3 es una buena alternativa para conseguir los niveles adecuados de esta vitamina.

Qué ocurre si tengo déficit de vitamina D3

La carencia de esta vitamina, dependiendo del grado en que se dé, suele estar relacionada con problemas como la fatiga o el cansancio, nerviosismo, aumento de caries dentales, trastornos del sueño e incluso depresión o un empeoramiento de enfermedades como la diabetes.

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