30 restaurantes que tienes que visitar antes de que haya otra pandemia

La de Acánthum fue la última mesa a la que nos sentamos antes de todo este follón. Y fue emocionante no solo por lo que comimos sino por tener la oportunidad de departir largo y tendido con su chef, Xanty Elías. Por su sencillez, su solidaridad (desarrolla preciosos proyectos educativos desde su Fundación Prenauta), su amor por su tierra, por su familia... por sus raíces. Todo se refleja en su pequeño estrella Michelin (ahora con dos zonas diferenciadas, a la carta y taller gastronómico a medida solo para 8 personas) en el que mandan la temporada, el kilómetro 0 y platos como el tartar de jarrete de jamón de bellota y mostaza helada, el meloso guiso de pieles de bacalao al pil pil y una interesante carta interactiva de vinos con acento de Huelva. En breve podremos disfrutar también de Finca Alfoliz, un proyecto de ocio y gastronomía enfocado e inmerso en la naturaleza. www.acanthum.com

Nos morimos por pisar Mallorca este verano y por repetir el desayuno degustación del restaurante Arrels, un sentido homenaje a la tradición gastronómica de las islas rendido por la reconocida chef Marga Coll (Miceli). Ella es la responsable de dar a la primera comida del día el mismo estatus que cualquier otra, y así sucede en más de ¡dos horas! a la mesa. Desfilan mermeladas caseras, quesos y embutidos baleares, salazones, frutas, yogures ecológicos, cocas, panades, cocarrois, huevos, ensaimadas, cremadillos, exquisitos zumos naturales e, incluso, vinos de la región que se maridan con cada paso, una verdadera lección del gran vivir en el fantástico hotel Gran Meliá de Mar. Para digerirla bien, aprovecha sus piscinas, su calita, casi privada, o su SPA by Clarins. Consejo: No cenes el día anterior. www.restaurantearrels.com

¿Sabes dónde comen los chefs en París? Pues muchos, muchísimos, han ensalzado a la argentina Raquel Carena y su Baratin (no tiene web), en el barrio de Belleville. Lleva treinta años apostando por su cocina de base, de madre, con excelso producto de temporada, magníficos fondos, sin locuras, elaborados cada día para una lista de platos que se muestran en una pizarra al comensal. Igual los vinos, una inmensa selección por copas de propuestas nada habituales de entre las que pedimos consejo a nuestro gurú. En lo sólido, nos tomamos un "chou farci" o repollo relleno épico, una receta que ya no se ve y que aquí bordan. Entenderás, como nosotros, por qué se refieren a ella como la abanderada de la "bistronomie".

Hace 150 años que nació este restaurante de estilo bistró para servir manjares a lo más granado de la ciudad. Se dice que es tal institución que Berlín no sería la misma sin él. Lo mejor de todo es que no ha evolucionado tirando a lo rancio. Es más, resulta increíble que siga siendo un sitiazo de moda, animadísimo y con la gente más "cool" de allí y del mundo, sin perder un ápice de esa atmósfera clásica de toldo rojo, mantel blanco y doradas columnas que nos chifla. Es el favorito de Tom Cruise y de otros tantos, también el nuestro. ¿Que qué pedir? Si te vas sin su "wiener schnitzel" es para darte. www.borchardt-restaurant.de

En la misma línea, y también de moda, no podíamos dejarnos atrás otra institución, en este caso rusa. Nos pierde lo clásico (será por los pocos que quedan a la manera de antes) y aunque el Café Pushkin no llega al siglo de historia no lo parece. A través de su imponente biblioteca o de los espléndidos salones barrocos del palacete en el que se encuentra uno viaja fácilmente a la época imperial. Cenar a media luz con buen vino y esa puesta en escena y servicio de antaño mientras fuera se deja caer ese frío atroz de la capital debería ser plan obligatorio allí. En su carta no faltan las especialidades rusas con finas pinceladas francesas. Aún soñamos con mojar pan en su ternera Stroganoff "a la Pushkin". www.cafe-pushkin.ru

Pocas relaciones entre hermanos hay tan duraderas, tan sanas y tan fructuosas. Pocas dan lugar al mejor restaurante de España y sí, puede que del mundo ya no solo por lo que dicen guías y rankings, sino por nuestra propia experiencia, dentro de lo conocido. Pocas comidas y cenas han sido más auténticas que las dos en casa de los Roca, degustando bocado a bocado los recuerdos de su vida y su entorno. De su memoria y la del paisaje circundante surgen creaciones ya icónicas como el bombón de Campari, o el brioche de trufa, o el canelón crujiente inspirado en su madre. A pescados y carnes se aplican creativas técnicas que los realzan sin artificios. Lentas cocciones de piezas enteras, como en el pasado, valiéndose de innovadores materiales, toques del mundo (aquel taco con piel de cochinillo)... La bodega de Pitu es una joya mundialmente famosa y la sección dulce, capitaneada por Jordi, ídem. www.cellercanroca.com

Al trío Sandoval tampoco le ha ido mal. Sus dos estrellas Michelin mantenidas y abrillantadas tras su traslado desde Humanes al centro de Madrid, a un impresionante espacio ideado por Jean Porsche, lo siguen demostrando temporada a temporada. Impecable es la palabra que lo definía y sigue definiendo porque continúa con esa cocina familiar con la que estos hermanos llevan años conquistando pero que no deja de evolucionar gracias a su encomiable labor de investigación y desarrollo. Sus emotivos menús navegan por las recetas de su memoria traídas al presente y maridadas con innumerables sensaciones en un recorrido mágico por sus casi 1.100 metros cuadrados. El paseo atraviesa una espectacular bodega de 2.800 referencias y tiene dos paradas tras las que dar una tregua a las papilas gustativas: su huerta estacional y su monumental cochinillo lacado. www.restaurantecoque.com

Es el único tablao flamenco con estrella Michelin. En 2018 El Corral marcó (y mantiene) este hito con su restaurante gourmet (uno de los más pequeños del mundo, por cierto, con apenas cuatro mesas), capitaneado por David García, quien ya consiguió la estrella para Álbora. Su dominio de fondos y caldos se percibe en dos menús degustación con la temporada como eje y con arte a rabiar. Su ostra amontillada o sus picantes tallarines de calamar con caldo de chipirón son buena muestra. La oferta de vinos de Jerez es un ejemplo a seguir para cualquier restaurante madrileño. Y del espectáculo, después, ni hablamos. Para arrancarse por bulerías. www.moreriagastro.com

Sigue siendo lo más disruptivo que hay en Madrid, el triestrellado más "punk", el que cambió parámetros del lujo y el buen comer... Entrar en el mundo de Dabiz Muñoz es entregarse a su locura gastronómica, hacerlo sin frenos, y gozar de un vaivén culinario de ingredientes a lomos de un cerdo alado, de técnicas e influencias que, de pronto, cobran sentido en un plato. Es un genio, no hay como él. No peca de show innecesario, sino de cocina con mayúsculas, aunque sea un espectáculo. Seguimos paladeando su caviar asado en tandur con curry y ese fascinante momento en el que la mesa se transforma en un festival chino de dim sum. Tan divertido como inolvidable. www.diverxo.com

Fue una de las grandes aperturas capitalinas de finales del año pasado, tras triunfar en Barcelona. Así, de las mejores costas, los mejores mariscos y pescados frescos llegaron por fin a Madrid con el desembarco, nunca mejor dicho, de Rafa Zafra y Anna Gotanegra. Juntos, siguen dando brillo a la tradición marítima familiar de ella y a la buena mano del chef andaluz con ese tratamiento exquisito del productazo que trabajan y esa pátina de cocina de gran nivel. Se saborea en maravillas como la cigala, a la brasa, en carpaccio (plato emblemático de Adriá, con quien les une mucho de su trayectoria profesional) y en finísima gabardina. O en esa otra trilogía de salmonete (cola soasada, lomos a la parrilla y cabeza frita). Y por Dios, déjate "estimar" por su tarta de queso. De traca. www.restaurante-estimar.com

El concepto "Mediterranean Kaiseki" de Óscar Molina brilla como sus dos soles Repsol en este restaurante en el corazón del icónico Ibiza Gran Hotel. La verdad es que os oír Ibiza y se nos caen las lágrimas del planazo que es siempre esta isla, diurno o nocturno, en especial este último si te alojas en este hotel en el meollo de la "party". Disfrutamos tanto de cocina, estancia y marcha que ojalá nos pudiéramos coger un vuelo hoy mismo. En los fogones, ingrediente mediterráneo, mucho de técnica y ceremonia nipona, color, frescura y diversión. Sus crudos son un diez. Por el tiradito de corvina y los tacos de cerdo negro aún suspiramos, a pesar del efecto de sus chispeantes cócteles al día siguiente. Suerte que el maravilloso y prolongadísimo desayuno ayuda a mitigar la resaca. www.ibizagranhotel.com/gastronomia/la-gaia-japeruvian

Vanguardia en su justa medida. Ingredientes contados. Mucho de raíz, de fondo y de sabores de la Mancha natal de Javier Aranda aderezados con algunos internacionales. Gaytán es un homenaje que darse cada temporada para no perderse ninguno de sus productos estrella. En nuestra última visita mandaban las setas, la caza, una yema de huevo con velo de foie sobre champiñón botón al Oporto y un cromático salmonete con pil pil de naranja que querrías que no acabara nunca. Muy recomendable también el otro (reciente) Michelin del chef, Retama, en el hotel La Caminera en Ciudad Real, para pegarte una gustosa escapada de fin de semana. www.chefjavieraranda.com

En el imponente Zoo, miembro con todas las letras de Design Hotels por el espectacular interiorismo de Dayne Lee que ha dotado de nueva vida a este hotel centenario sin hacerle perder su esencia, se encuentra este restaurantazo de moda. Es uno de los “hotspots” de la ciudad y te costará encontrar mesa. Si lo consigues, disfrutarás de ambiente "top", de un entorno a caballo entre la propia Berlín, Londres y Nueva York, servicio excelente y recetas de corte internacional con claro sello oriental. Decántate por alguno de sus menús degustación. Con el más corto te harás buena idea de su cocina con platos como el tataki de wagyu, el cordero tikka masala o el bacalao negro con miso. www.grace-berlin.com

Gastronómicamente hablando, Singapur es uno de los viajes más interesantes que pueden emprenderse. Allí la cocina callejera, las influencias malayas y chinas y la herencia del viejo continente se agitan de forma impecable en restaurantes de grandísimo nivel como el soberbio Iggy's en el hotel Hilton. Aquí Ignatius Chan, reconocido sumiller, ofrece además un tesoro de bodega con joyas de acento galo. Su dorada con huevas de salmón, ponzu y crema de naranja y cúrcuma vale por sí sola su estrella Michelin que, curiosamente, consiguió un español, Aitor Jerónimo. Te lo contamos para que también vayas a verle ya no aquí, sino en su Basque Kitchen. Comer como en el País Vasco, con algún guiño oriental, también es posible en Singapur. www.iggys.com.sg

Si en esta lista hay un plato, uno solo, que podríamos tomar semanalmente, tenemos pocas dudas: el solomillo Wellington de Lakasa. Lo preparan (o preparaban) lunes y viernes y has de indicar en tu reserva si lo vas a tomar y cuántas raciones. No es ni muchísimo menos lo único exquisito en el restaurante de César Martín, pero se ve tan poco que siempre tenemos antojo. Puedes derretirte también con guisos como las verdinas en pepitoria, con su raya asada y un larguísimo etcétera de materias primas mayúsculas en platazos. Deja hueco para la tarta de limón. www.lakasa.es

Predijimos su estrella Michelin y dimos en el clavo. María y Adrián son la entrañable pareja detrás de este restaurante que merece el viaje. Pescados y mariscos, carnes autóctonas y la imprescindible huerta murciana son protagonistas temporada a temporada. Se entrelazan entre sí en sugerentes y suculentas combinaciones que hablan del pasado en formato actual. Atún de Mazarrón, mújol, arroz de Calasparra, guisantes negre o chato (raza de cerdo negro recuperada allí) desfilan sobre un menaje de locura y a manos de un esmerado servicio en sala, dirigido magistralmente. Como postre, su carro de quesos es un portento. www.restaurantemagoga.com

Cómo olvidar una noche en La Mamounia y una en particular cenando bajo el encantador cielo de Marrakech las más refinadas recetas del país. En un entorno como el de este hotel, casi sobran las palabras, y esto se extiende a este restaurante entre velas, estanques, fuentes y un lujoso interior arabesco. Es, con diferencia, el más romántico de esta selección. Déjate embargar por el aroma a especias del cercano huerto del hotel y del que sale de sus fuegos y de sus famosos e inigualables tajine. www.mamounia.com

Después de posicionar su Narda Comedor en la lista de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica, la chef Narda Lepes ha abierto una sucursal más casual, Narda Comedor Diario, bajo el lema "desayunos todo el día". No te dejes engañar por la sugerente propuesta, hay mucho más, salado y dulce. Productos, productores y elaboraciones artesanas hechas allí mismo, incluida toda la parte de obrador, destacan en opciones que se comparten en grandes mesas, barras y algunas mesitas de dos. La cocinera pretende que sepamos y aprendamos lo que comemos, con el foco puesto en las preparaciones más saludables. Así, cada día propone fórmulas cambiantes en las que tomar un poquito de todo lo necesario para una buena dieta. Sus panes de masa madre, tortas, sus croquetas de papa con feta, el chivito banh mi, sus buenísimos cafés, jugos... ¿Seguimos? Es el sitio perfecto para todo a cualquier hora. www.nardacomedor.com

El restaurante de Maksut Askar hace honor a su nombre. Este simpatiquísimo y galardonado chef honra la cocina regional y la actualiza, dándola a conocer así en sus mesas y mostrándola al mundo. Es un estudioso de las tradiciones de Turquía, férreo defensor de la sostenibilidad cuando aún no era un tema de conversación recurrente, del respeto a la naturaleza. En sus menús hay productos de proximidad, enraizados, comprados a diario en el mercado de la ciudad. Con ellos, sobre todo vegetales y pescados, consigue combinaciones diferentes, chispeantes, platos frescos y cambiantes en un marco de moderno y panorámico diseño. De lo más chulo de Estambul. www.neolokal.com

Alta cocina portuguesa frente al mar, bajo dos estrellas Michelin y en un hotel del que no querer salir, el resort Vila Vita Parc que no puede estar más lejos de la idea preconcebida que uno suele tener de este tipo de establecimientos, por mucho lujo que prometan. Bien, este promete y cumple con creces. Y corona la estancia con la increíble cocina de Hans Neuner que, aunque es austriaco, cualquiera diría que es más portugués que el fado. La despensa del centro de Portugal le nutre. También el Atlántico al que se asoma, por supuesto. Tierra, mar y ultramar se paladean en sus platos. Nuestro bocado "top" fue el de habas con chorizo y tiras de calamar, seguido del carabinero con azafrán y huevas de trucha. Reserva, quédate una semana y bébete su bodega. El maridaje del menú fue uno de los más bellos y armonizados que recordamos. www.restauranteocean.com