Según un reciente estudio de Neuron, el envejecimiento del cerebro afecta a la calidad del sueño, que se comienza a resentir cuando cumplimos los 30. “Las partes del cerebro que primero se deterioran son aquellas que nos facilitan un sueño profundo”, afirma el autor del estudio, Bryce Mander, experto en neurociencia de la Universidad de California en Berkeley. Y, por si esto no te ha dado suficiente bajón, apunta: nuestro cerebro básicamente canibaliza nuestro sueño según nos vamos haciendo mayores.

Cuando envejecemos, nuestro cerebro tiene menos control sobre las sustancias químicas que nos ayudan a quedarnos dormidos, y por tanto, nos despertamos. Así, estamos somnolientos durante el día e insomnes durante la noche. Además, los receptores que señalan que es hora de irse a la cama dejan también de funcionar, y hacen que sea más probable que la persona no pare de dar vueltas en la cama. Según Discover, la privación del sueño se acumula, poniendo a las personas en riesgo de todo tipo de enfermedades.

El sueño de mala calidad también propicia que las personas tengan menos sueño no-REM (es decir, sueño sin sueño), lo que a su vez dificulta la función del cerebro que convierte la información importante a corto plazo en recuerdos a largo plazo. Básicamente, el botón de reinicio deja de ser presionado. Ese proceso comienza mucho antes de la vejez, especialmente para los hombres. Como cuenta el informe de Discover, cuando los hombres alcanzan los 30 años, el porcentaje de sueño profundo no-REM puede caer en un 50 por ciento. En el caso de las mujeres, puede bajar en un 25 por ciento.

La investigación indica que el sueño de buena calidad es más profundo, no necesariamente más largo (aunque se recomienda para una persona adulta por lo menos siete horas). Los autores advierten que el sueño profundo no se logra con medicación, que no consigue que el cerebro entre en fase no-REM. Hay muchos trucos para quedarse dormido más rápido: no mirar pantallas, beber agua en vez de comer, leer un libro, refrescarse los pies, y la terapia conductual o la terapia del sueño que puede enseñarnos a evitar los malos hábitos. Pero es probable que los mejores días durmiendo a pierna suelta de tu vida ya hayan quedado atrás.

Vía: Esquire US
Headshot of Sarah Rense
Sarah Rense

Sarah Rense is the Lifestyle Editor at Esquire, where she covers tech, food, drinks, home, and more.