Hay muchas conversaciones en pareja que son difíciles de empezar. ¿Qué somos? ¿Querrás tener hijos? ¿Qué opinas del sexo anal? Pero una de las más peliagudas, y que nos ocupa hoy aquí, es: ¿Quieres que veamos porno? Seguro que muchos lo han pensado y nunca se han atrevido a sugerirlo, pero es algo que no debería avergonzarnos. Aunque, cuidado, porque es inevitable que sacar el tema enrarezca las cosas. ¿Va a pensar que lo dices porque algo anda mal en vuestra relación? ¿Que necesitas un estímulo para estar sexualmente cómoda con ella? ¿Creerá que eres un adicto al porno y a partir de ahora querrás incluirla en esas rutinas? ¿Tendrá prejuicios sobre el porno, del que aún muchas personas piensan que es algo sucio?

Cuando estamos decididos a hablar de algo así con nuestra pareja hay que estar preparados. Incluso si crees que la confianza y el amor que hay entre vosotros será suficiente para hablar del tema con total libertad, deberías andarte con cuidado: el porno puede sacar a relucir nuestras inseguridades, no solo individuales (con nuestro cuerpo, imagen o destreza en la cama) sino también dentro de la relación. Por eso, te recomendamos que, en lugar de lanzarte a la piscina y encontrar que no hay agua, tengas en mente estos consejos.

1 - Habladlo primero

En la vida siempre es sano empezar teniendo una conversación. ¿Habéis visto porno alguna vez? ¿De qué tipo? ¿Qué opináis sobre ello? ¿Hay algo que os incomode al verlo? Lo más importante es conocer el punto de partida, las experiencias que habéis tenido con el porno y cómo os sentí al verlo. En esa simple conversación ya entenderás si tus intenciones tienen futuro o no. Puede que tu pareja tenga miedo de que necesites ver a otras mujeres/hombres para ponerte a tono con ella en la cama. Las inseguridades son el peor enemigo de las relaciones sentimentales, y también de las sexuales. Es importante que reafirmes la relación y que hagas entender que esto es una experiencia compartida para añadir placer y no una necesidad.

Si ella no quiere, NO INSISTAS. No debes presionar a tu pareja a hacer algo que no quiere hacer, así que antes de soltar la bomba en una conversación asegúrate que podría estar abierta a la idea y evita ponerla en un compromiso innecesario. Si decides sacar el tema, tienes que hacerle entender por todos los medios posibles que no quieres meter gente extraña en tu dormitorio (aunque sea en video, la intrusión se siente igual), sino que esto es solo una herramienta para divertiros y poner un poco de salseo en vuestra vida sexual. Las palabras que escojas son importantes.

2 - No vayáis a lo peor de internet

La clave para tener éxito como espectador de pornografía es saber dónde acudir. Lo primero que hay que entender es que la pornografía no es una lista de películas monolíticas que tienen la misma pinta y el mismo tipo de personas. Muy al contrario, hay una gran variedad de estilos cinematográficos ahí fuera, solo tienes que encontrar el que más te gusta, desde el porno amateur hasta las producciones más estándar de Pornhub o el porno feminista de autoras como Erika Lust. Aunque desde aquí siempre recomendaremos apostar por el porno ético. A partir de ahí, hay que buscar lo que más encaja con nosotros y no empezar con el prejuicio de que da igual porque nos vamos a encontrar lo mismo vayamos donde vayamos. Eso no es verdad.

Si eres el encargado de introducir el porno en la pareja y le lanzas un video horrible donde hay actitudes violentas o los actores parecen estar pasándolo mal, lo más probable es que no quiera probar esta experiencia nunca más. Peor: seguramente se quedará con cuerpo extraño pensando que a ti te gusta eso. Y si es así o no es algo que no nos interesa ahora. Tienes que encontrar algo que ambos podáis disfrutar. Nos remitimos al primer consejo: habladlo. ¿Y si ella te dice que elijas tú? ¿Que las sorprendas? Entonces tenlo preparado de antemano o ten bien claro adónde quieres ir. Analiza cómo es tu pareja y pon lo que crees que podría encajarle. Si es una persona que ha visto porno antes y es más abierta, arriésgate más. Si es una principiante y ya ha aceptado un poco insegura, probablemente quieras visitar la etiqueta "para parejas" o "para mujeres" en las webs más generalistas o chequear opciones alternativas como Xconfessions o Lustery, donde hay material diferente. Lo importante es que no intentes imponer tus gustos: que sea una cosa de dos.

3 - Poneos cómodos

Puede parecer una tontería, pero es importante encontrar la comodidad para ver porno y disfrutarlo al 100%. Hay muchas preocupaciones que pueden surgir en el momento, como que el sonido de los gemidos en la pantalla moleste a nuestros compañeros de piso, hijos o familia, en el caso de que esas sean nuestras circunstancias. Lo ideal es encontrar un momento en que estéis solos para que no haya que preocuparse por interrupciones indeseables. Superado eso, la comodidad también hay que encontrarla entre vosotros. Es recomendable que cuando le deis al play estéis preferiblemente en la cama (más íntimo) y sin duda en contacto físico. Nada de sentaros uno al lado del otro en el sofá como si fueseis a ver la última serie de Netflix. Buscad la posición perfecta juntos, apagad las luces y disfrutad de la experiencia siempre, siempre, siempre tocando piel con piel. Lo agradeceréis.

4 - No intentéis imitar todo lo que veis

Hay veces en que el porno podría catalogarse como un subgénero de la fantasía. Vaya, que no hay que creérselo todo. Uno de los aspectos más positivos de ver porno en pareja es la posibilidad de aprender cosas nuevas, de encontrar posturas o movimientos que os gustaría probar en vuestras propias carnes. Es una fuente inagotable de ideas (si sabemos, como decíamos antes, encontrar la riqueza de estilos e historias) que pueden hacer del sexo algo menos mecánico y monótono. Todos acabamos cayendo en vicios que viene bien romper de vez en cuando.

Pero al mismo tiempo hay que tener algo en cuenta: el porno no es perfecto. Muchas veces es incluso tóxico. Podemos tender a olvidar que lo que vemos en una película está probablemente ensayado, practicado por profesionales (aunque no siempre), grabado con una cámara y editado para crear el acabado final. Es decir, lo que vemos no es 100% real. Hay una escenificación y, en ciertas películas, hay también un disfrute completamente falseado. Cuántos orgasmos falsos habremos visto en el porno. Tantos como en la vida real. Es por eso que habitualmente se acusa al porno de construir expectativas poco realistas sobre las relaciones sexuales, pero todo hay que ponerlo en contexto. Sin duda lo hará para un adolescente que descubre el sexo por primera vez a través de esas imágenes (algo bastante desaconsejable, padres y madres), pero esos problemas pueden arreglarse con una conversación abierta cuando se trata entre adultos. Lo importante, como siempre, es la confianza y estar abiertos a hablar de todo. Sin censuras.

5 - No lo utilicéis para arreglar algo que está roto

A veces podemos pensar que está bien utilizar el porno como modo de ponerle chispa a una relación sexual que está algo marchita, pero la jugada puede salir muy mal. Como apuntábamos antes, este tipo de experiencias pueden sacar a relucir muy rápidamente las frustraciones de la pareja, aquello en lo que ya no encajáis y que está llevando a la relación a un punto muerto. Antes de intentar esta estrategia deberíais tener una conversación más profunda y menos centrada en el sexo, que, en general, da más problemas que soluciones.

6 - Que sea algo interactivo

Si te quedas demasiado rato mirando sin que pase nada puede ser raro. Hay que evitar esta situación, y puede hacerse de varias maneras: comentando lo que está pasando en pantalla ocasionalmente, acariciando a tu pareja sutilmente (en la parte del cuerpo que más le guste) y, si la cosa se calienta lo suficiente, empezar con los preliminares mientras seguís viendo la película. Es decir, no hace falta que le deis al pause y os pongáis al lío. Es mucho más divertido si empezáis poco a poco y siguiendo el ritmo de los actores, dando mucha importancia a esas caricias y masturbaciones varias en un segundo plano y sin prisas para llegar al sexo en sí mismo.

Pero más allá de conseguir poneros a tono, es importante comentar lo que veis. Y ahí las palabras también vuelven a ser importantes. No des órdenes (a no ser que descubráis que lo vuestro es la dominancia y la sumisión en el sexo; ese ya es otro tema), es mejor que digas con libertad lo que te gusta en lo que estás viendo y sin duda tu pareja recogerá esa sugerencia para aplicarla si es algo con lo que se siente cómoda. Así, a través de una conversación más orgánica y menos exigente, ninguno se sentirá presionado a hacer algo que no quiere hacer. Ni el amor ni el sexo van sobre sacrificios, a pesar de lo que te hayan contado las películas.

7 - No os acostumbréis

Ver porno de vez en cuando está bien, pero no deberíais volveros adictos ni hacer que vuestra vida sexual dependa de ello. Además, cuando algo especial se convierte en algo rutinario, ese algo deja de ser especial. O quizás os habéis propuesto convertiros en los mayores expertos sobre pornografía del país y vuestra investigación tiene que ser intensa. Por lo general, y excepciones aparte, es recomendable que no se convierta en un hábito dependiente y que conservéis la capacidad de disfrutar de vuestros cuerpos sin ninguna ayuda externa. También saber calibrar cuándo os apetece a los dos o cuándo estáis arrastrando a la otra persona a esas costumbres.

8 - Comentadlo después

Si ver porno os ha inspirado para un buen rato de sexo y eso es todo lo que andabais buscando, genial. Pero eso sí: no os olvidéis de comentarlo después. Sí, parece que todo lo que hacemos es hablar, pero en algún momento tendremos que darnos cuenta de que en la conversación están las claves para tener una vida sexual más sana, consensuada y feliz. Hay que hablarlo antes para saber qué camino tomar. Hay que hablar durante para identificar aquello que nos gusta y que quizás nos gustaría explorar. Y hay que hablar después para saber cómo habéis vivido la experiencia y si estáis abiertos a repetirla. Es importante ser sinceros, opinar sin miedo (pero con respeto) y buscar esa sintonía con tu pareja.