¿Sabías que 1 de cada 3 divorcios se da justo después de las vacaciones de verano? Lógicamente, si estás casado o en pareja, queríamos avisarte antes de que llegue esa época del año tan esperada... sobre todo si no tenéis ninguna intención de separar vuestros caminos nada más regresar a casa después de esas semanas de asueto.

Lógicamente, hay muchas causas y razones para que esto suceda. Ponerse de acuerdo en el destino vacacional, viajar con la familia política o pasar más tiempo juntos del habitual son sólo algunas de las más recurrentes, pero existen más. Desde Psicopartner nos apuntan las más interesantes:

No echemos la culpa a las vacaciones. No son en sí las que dinamitan la relación, pero sí es cierto que es el momento donde nos damos cuenta que algo falla. Durante el resto del año, la vida gira alrededor de la rutina, el trabajo y nuestras obligaciones. Pero cuando llegan las vacaciones, aparecen las tensiones y discusiones, haciendo que las bases de la pareja se vean afectadas.

Pasamos más horas juntos en verano. Por tanto, las personas que no están satisfechas con su relación, ven en las vacaciones el momento perfecto para aclarar sus ideas y tomar la decisión de separarse.

Las expectativas de las vacaciones de verano suelen ser muy altas, pero rara vez llegan a cumplirse. Esta decepción hace estemos a la defensiva y encantados de ponernos a discutir. Ahí se puede encender la mecha.

La incapacidad de gestionar el conflicto. En vacaciones van a surgir momentos de diferencias de opiniones, algo normal y natural entre dos personas. Pero es la capacidad de resolver el conflicto así como de llegar a acuerdos lo que va a hacer que la pareja tenga unas buenas vacaciones o se conviertan en una verdadera pesadilla.

por qué las vacaciones podrían acabar con tu relación de pareja
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Cuando uno cree que está más relajado, tiende a desinhibirse y poner sobre la mesa asuntos que generan tensión en la pareja. Las vacaciones no dan esa falsa sensación de libertad y, en lugar de servir para compartir placeres y anécdotas, terminan por sacar a luz los problemas del resto del año.

Una relación sexual nula. En vacaciones, no hay excusas; tenemos todo el tiempo del mundo para disfrutar de la intimidad con nuestra pareja y, en algunos casos, esto pone en evidencia la falta de atracción o de deseo. Si eso sucede, podéis dar por muerta a vuestra relación.

Viajar con la familia política. Las relaciones con la familia política son la causa más frecuente de conflicto entre las parejas, especialmente entre las parejas jóvenes. Pasar vacaciones con suegros o cuñados puede traer nefastas y estresantes consecuencias para la pareja si no se parte de una buena convivencia. Y aunque se quiera, siempre es complicado, ¿verdad?

Organizar en el último momento. Preparar de antemano las vacaciones evitará las disputas de última hora. Hay que tomar las decisiones consensuadamente para no enturbiar el clima de convivencia.

Obviamente, como consejo para aquellos que puedan estar viviendo una situación así, o barrunten que todo puede estallar durante el próximo verano, existen tratamientos psicológicos eficaces que ayudan a que la pareja pueda identificar cuáles son las áreas en las que no funcionan satisfactoriamente, y para que puedan trabajar conjuntamente para darse otra oportunidad, esta vez con ayuda de un terapeuta de pareja.