La ciencia vuelve a confirmar una de esas cosas que todos sabemos: cualquier hora es buena para mantener relaciones sexuales, pero si lo haces antes de irte a cama (o mejor en la cama misma, más cómodo) favorece la conciliación del sueño. Que el kiki te deja roque, como diríamos si no fuéramos una web con estilo.

Para corroborarlo nos vamos hasta Australia, a la Universidad de Queensland, en concreto al área de Sueño del Instituto de Ciencias del Comportamiento. Allí, el doctor Michele Lastella ha realizado un estudio basado en encuestas a casi 500 personas. Su conclusión es que el sexo antes de dormir, sobre todo si no cometes estos típicos errores y se llega al orgasmo, libera una gran cantidad de oxitocina, la conocida como hormona de la felicidad. A esas horas la felicidad consiste en coger el sueño rápido, y así es justo como actúa: la oxiticina tiene un efecto sedante que acorta el tiempo para que se te caiga la babilla.

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(Ojo al simbolismo del gif previo) El estudio, además de ser una obviedad muy placentera, avisa sobre un comportamiento demasiado extendido: al igual que el sexo es el mejor amigo del sueño a esas horas, aunque sea rapidito, el móvil es el villano de este cuento. Si antes de cerrar los ojos aprovechas para dar un último repaso a Facebook, Instagram, e-mail, etc, es probable que te cueste más dormirte. El mecanismo que explica esto es que el sexo te evade de las proyecciones de futuro mientras que el móvil activa los pensamientos sobre cosas que tienes que planear y hacer.

Conclusión: más taka-taka y menos tiki-tiki en la pantalla del móvil. Totalmente de acuerdo con el doctor Lastella, pero tenemos una pregunta incómoda para él: ¿el sexo telefónico da sueño o te lo quita? ¿Y ver porno en el móvil, como al parecer prefieren los millenials, a modo de valeriana onanista? Venga, a investigar.