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Oppenheimer es una impresionante recreación del científico (interpretado por Cillian Murphy) que participó en el desarrollo de la bomba atómica y el conflicto emocional que le provocó ese hecho. Pero también hay algunos momentos curiosamente cómicos en la que sin duda es una de las mejores películas de 2023.
Por ejemplo, la escena de amor con Jean Tatlock (Florence Pugh) incluye la célebre frase del Bhagavad Gita que él mismo pronunciaría más tarde cuando estallara la bomba experimental Trinity. Otros momentos divertidos son cuando vemos la inconfundible cabellera despeinada de Albert Einstein (Tom Conti).
No se trata de una invención del guionista y director Christopher Nolan, ya que ambos se conocían bien, pues trabajaron en el mismo ámbito en Estados Unidos durante una época similar, así que no hay licencia artística para juntarlos.
Como escribió J. Robert Oppenheimer en el New York Times en 1966: “Aunque conocí a Einstein durante dos o tres décadas, solo en la última década de su vida fuimos colegas cercanos y algo así como amigos”, que fue cuando ambos trabajaron en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, con Oppenheimer trabajando allí desde 1947, y Einstein hasta su muerte en 1955.
Ver a uno de los personajes más famosos de la historia aparecer en la película, pasadas las tres horas de épica, con un sombrero que se vuela con el viento, y al final de la película para tener una conversación emotiva con Oppenheimer sobre las consecuencias de su obra, resulta algo chocante.
Tampoco ayuda que Conti parezca que se ha disfrazado de estudiante con todo ese atuendo; una especie de versión “Doc Brown” del genio que casi parece ridícula cuando se ve en la enorme pantalla IMAX, a punto de sacar la lengua. Como dijo un usuario de Twitter: “Cada vez que Einstein salía en pantalla en Oppenheimer, me partía de risa. Sé que se conocían, pero es como si metieran a Papá Noel en una película seria”.
Quizás también parece un poco forzado; tener a uno de los científicos más famosos (y visualmente distintivos) haciendo un cameo en la película sobre uno de sus compañeros. Pero aunque Nolan inventó la conversación entre ellos al final de la película, donde Einstein le dice, anticipando correctamente su destino: “Ahora te enfrentas a las consecuencias de tu logro. Un día, cuando te hayan castigado lo suficiente, te servirán salmón y ensalada de patata. Darás discursos. Te darán una medalla. Te darán palmaditas en la espalda y te dirán que todo está perdonado. Solo recuerda que no será por ti. Será por ellos”, tiene un tono parecido a una conversación real que tuvieron.
El autor Kai Bird, quien coescribió American Prometheus, en la que se basa Oppenheimer, señaló que en 1954, poco antes de la audiencia de Oppenheimer que resultaría en la anulación de su autorización de seguridad, Einstein argumentó que Oppenheimer “no tenía la obligación de someterse a la caza de brujas, que había servido bien a su país y que si esta era la recompensa que Estados Unidos ofrecía, debería darles la espalda”.
Oppenheimer se negó, ya que dijo que amaba a su país, y al parecer le dijo a su secretaria que uno de los físicos teóricos más renombrados del mundo, probablemente por primera vez en su vida, “no lo entendía”.
“Pero mientras Einstein volvía a su oficina”, agregó Bird, “le dijo a su propio asistente, señalando en dirección a Oppenheimer, 'Ahí va un nar [tonto en yiddish]'”.
La figura de Einstein en la película, con toda su gloria arquetípica, sirve para resaltar el encuentro de estas dos mentes extraordinarias y reflexionar sobre lo que podría haber sucedido si las posiciones hubieran sido invertidas, es decir, si fuera Einstein quien descubriera cómo hacer una bomba atómica. ¿Hubiera transcurrido la historia de la misma manera?
En la escena final, Oppenheimer le pregunta: “Cuando te llevé esos cálculos, pensamos que podríamos desencadenar una reacción en cadena que destruiría todo el mundo”, a lo que Einstein responde: “Lo recuerdo bien. ¿Y qué?”. Oppenheimer responde: “Creo que lo hicimos”.
El tono sombrío de los hombres combinado con la sugerencia de que la destrucción de este mundo aún es posible. De repente, nadie se ríe ya del científico de pelo salvaje al que vemos en la gran pantalla.
Por si te quedan dudas, aquí tienes el final explicado de Oppenheimer
