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Antes de nada, como ya te habrás imaginado por el título del artículo, este contiene ligeros spoilers de la película Rivales. Son, como decimos, bastante poco importantes para la trama pero si te quieres guardar todas las sorpresas hasta verla, no deberías de seguir leyendo. Dicho esto, o la has visto o la curiosidad te puede, y debería. Debería porque, a no ser que seas un fan del cine de Luca Guadagnino o un entregado seguidor de la carrera de Zendaya, y estés al día de los futuros proyectos de ambos, la mayor parte de los mortales tomó en cuenta esta película cuando apareció su primer tráiler. El mismo, por cierto, que tenéis encabezando el artículo.
En él veíamos una historia de pasión y tenis a lo largo de los años en la que Zendaya es el punto común del triangulo amoroso que sostiene la película. Es, más bien, el relleno del sándwich que forma junto a Mike Faist y Josh O'Connor. No se paró de hablar en redes sociales de esa secuencia que sale en el tráiler en la que Zendaya acude a la habitación de los dos chicos, luego se sienta en la cama, los llama, y estos comienzan a besarla por los lados. Lo único que se dejaba ver de la continuación era a Zendaya con una mirada, cómo decirlo, hambrienta, echada para atrás en la cama esperando... Algo.
El tráiler nos llevaba a pensar que aquí había un trío sexual, un acto a tres bandas en el que el personaje de Zendaya era la pelota de los dos tenistas en un intenso peloteo que haría honor al nombre de calentamiento. Y bueno, podemos decir que esa es una buena y una gran (permitidme la falta de modestia) definición de toda la película. Como con Call Me By Your Name, Luca Guadagnino ha creado una cinta repleta de tensión sexual, de erotismo, de excitación, de atractivo. Pero los actos sexuales en sí brillan por su ausencia. Y esta no es ni mucho menos la excepción.
Esa noche, en la película, acaba con los besos que vemos en el tráiler y una Tashi Duncan que se va dejando a los dos chicos con una erección matinal adelantada. Es un juego, un partido pendiente (por seguir con los eufemismos deportivos) que dura décadas y sirve de base al resto de la película y al desarrollo de sus personajes. Es una escena de sexo fundamental en la cinta precisamente por que no llega a haber sexo y esa es parte de la gracia. Aunque claro, habrá más de uno y más de una que irá a los cines creyéndose que va a ver algo similar a La vida de Adele, a Juego de tronos o a la propia Euphoria (en las escenas que no ocupa la misma Zendaya)... Y puede salir escaldado.
La escena es lo que debía ser, ni más ni menos, pero lo cierto es que el tráiler estaba hecho para llevarnos a equívoco. Al menos, si hay algún decepcionado en la sala de cine cuando Tashi Duncan se despide por sorpresa y se marcha, se podrá sentir identificado con los otros dos protagonistas. Todos nos quedamos igual ante un plantón.
