Charlamos con los tres miembros de Sidecars, Juancho, Ruly y Gerbass, en el WiZink Center de Madrid, la plaza a conquistar por quienes aspiran a hacer ruido en el mundo de la música. Allí, en una sala anexa al estadio, presentan la Gira Mahou 2018, la segunda etapa de su ronda de conciertos para presentar Cuestión de gravedad, su cuarto disco. El antiguo Palacio de los Deportes era hasta ahora un horizonte lejano; pero después de marcarse tres Rivieras seguidas este año y haber vendido todas las entradas para la cuarta –el 20 de abril–, ya casi se puede sentir el eco de sus nuevos temas (algunos, temazos) vibrando en las paredes. Les acompaña ese aura del que está a punto de estallar, como aquel "polvo en el aire" al que cantaba su admirado Quique González, con quien comparten el mimo por el verso, por la música artesana. Da la sensación de que apenas les faltan decir tres palabras mágicas para que ese polvo sea magia, triunfo, cabeza de cartel en los festivales. Menos mal que los diez años de camino, de polvo de furgoneta, colocan las expectativas en su punto justo.

Me da la sensación de que estoy hablando con vosotros en un momento crucial, como si tuvierais un cohete detrás a punto de estallar. ¿Lo notáis?
Juancho: Absolutamente. Nosotros llevamos muchos años y el crecimiento siempre fue al mismo ritmo, despacito y con buena letra, pero desde el disco anterior la cosa se aceleró un poco. Y con el último… No lo has dicho exactamente así, pero es como si nos hubiesen metido un cohete por el culo (risas). Y vamos agarrándonos a todo lo que podemos.

¿Y cómo se lleva esa sensación?
Ruly:
Hay momentos de vértigo pero es cojonuda, la estamos disfrutando mucho. Cuando te cuesta mucho llegar, lo valoras el doble.

Este cohete os lleva de gira con Mahou, sin parar hasta junio. ¿Qué se va a encontrar el público?
Gerbass:
Empalmamos esta gira con otra anterior, la de presentación de Cuestión de gravedad. Se va a encontrar un concierto en el que ponemos toda la carne en el asador, con toda la banda y el equipo técnico, son los más emocionantes y épicos que hemos hecho hasta el momento. Quien venga va a disfrutar sí o sí, por ahora no hemos recibido ni un comentario malo.

instagramView full post on Instagram

¿No tenéis ni un hater? Con el cohete en el culo también se disparan…
J:
Ya, ya (risas), de momento nos libramos. Volviendo a la gira, es especialmente divertida para nosotros porque vamos a hacer formatos muy diferentes, salas más grandes y más pequeñas, hasta un garito de 150 personas, y en base a eso adaptamos el concepto y el repertorio.

Soléis decir que en los garitos pequeños os sentís en vuestro ambiente.
R:
Sí, porque es lo que hemos estado haciendo los primeros diez años.

J: Hasta ayer.

R: Y en esos conciertos hay un punto de cercanía que no te lo da una sala mucho más grande. Al principio en los garitos había más gente en el escenario que abajo (risas). Por eso nos mola de vez en cuando volver a locales pequeños.

¿Para vosotros fue un punto de inflexión marcaros 'las tres Rivieras', los tres conciertos seguidos que disteis en esa sala madrileña?
J:
Sin duda. Durante muchos años decíamos en las entrevistas que una de nuestras metas más o menos accesibles era hacer La Riviera. El año pasado hicimos una, y este año, tres. Es bastante loco. Cuando grupos de amigos a los que ahora les va increíble, que cogieron el cohete también, conseguían hacer Rivieras, recuerdo que como espectador se vivía como algo muy heavy. Desde dentro es más difícil darse cuenta, yo me tengo que ir a esas sensaciones que me evocaban mis amigos más que a lo que nos ocurre a nosotros.

"En los carteles de festivales he visto grupos increíbles dos filas más abajo que grupos de mierda"

¿En qué amigos estás pensando?
J: Muchos… En Supersubmarina, por ejemplo, que lo vivimos muy de cerca. Son muy amigos.

Da la impresión de que se ha creado una buena comunidad entre los grupos que estáis en esta nueva ola.
R:
Totalmente. Con algunos coincidimos más que con otros, claro, pero hay bandas que cuando nos juntamos… Corre peligro la ciudad en la que estemos (risas). Con Miss Caffeina, por ejemplo, que empezamos más o menos a la vez.

El mix de Sidecars y Miss Caffeina es…
R: Es KO en el segundo round, probablemente (risas).

El escalafón de los grupos españoles de vuestro género se puede medir por el tamaño de letra que ocupan en los carteles de los festivales. ¿El tamaño es tan importante?
G
: Yo, personalmente, ni me fijo

J: Reconozco que durante años le he prestado mucha atención a eso como espectador, porque nosotros no estábamos en festivales hasta antes de ayer. Pero creo que es justo decir que el tamaño de la letra no es más que la opinión de quien hace el festival. He visto grupos increíbles dos filas más abajo y dos tamaños menos que grupos de mierda. Así de claro. Y cuando digo “de mierda” me refiero a grupos que acaban de empezar. No son más grandes unos grupos que otros por el tamaño de la letra.

Ya, pero también tiene que molar estar ahí arriba…
J:
[Asiente] Es que este año somos letra grande (risas).

¿El mundo festivales es imprescindible para dar este salto de calidad?
G:
En España, el mundo festivales es una prueba a pasar. Es un formato que se ha incluido desde hace cinco años hasta ahora y lo bueno es que si en verano te salen muchos festivales, tu difusión se multiplica por mucho, te ve mucha gente que quizá no lo haría de otro modo. Pero tampoco tiene que ser algo obligatorio, creo que porque no hagas festivales no significa que no puedas llegar a ser un gran grupo.

R: Es como que ha cambiado el modelo de ocio: antes quedabas una semana con tus colegas para irte de vacaciones a Asturias una semana, y ahora vas a Asturias a emborracharte durante tres días en un festival con tus colegas, porque muchas veces ni vas a escuchar música. Yo recuerdo que, hace muchos años, iba a al Festimad a ver a los grupos, pero muchos de mis colegas iban a lo iban, les daba igual quién estuviera tocando.

Vamos de lo más grande, un festival a reventar, a lo más pequeño, el momento de componer un verso. Como hoy es el Día Mundial de la Poesía [esta entrevista se realizó el 21 de marzo], os pido que me señaléis uno del que estéis especialmente orgullosos.
G:
A esta pregunta te responde Juancho, que si no colapsa (risas).

J: Es difícil, no sé si soy objetivo con mis propios versos… Siempre me gustó

“De pequeña no aprendió a nadar,

hace poco que me lo ha contado.

Vente, yo te enseñaré a volar

mientras vienen los demás a nado”.

¿Cómo suele ser vuestro proceso de creación?
J:
Yo escribo las canciones en casa, letra y melodía. Y en el local le damos forma juntos, la vestimos entre todos. Nuestra manera de currar viene de diez años atrás, no la hemos cambiado porque nos ha funcionado y nunca ha habido discusiones, todos estamos bien con eso. En este último disco también ha estado metido Nigel Walker, el productor, y hemos hecho el ejercicio de darle las canciones un poco más vírgenes de lo normal para dejarle un poco de espacio de trabajo.

¿Cuesta perder un poco las riendas en ese sentido?
G:
Por eso hemos elegido a Nigel: es el tercer disco que hacemos con él, tenemos toda la confianza del mundo, sabemos cómo funcionamos cada uno. Gracias a su experiencia consigue sacar lo mejor de nosotros, nos conoce muy bien. La relación es buena y relajada, y lo mejor de Nigel es que le encantamos, es como uno más del grupo.

sidecars entrevista esquirepinterest
Mahou
Ruly, Juancho y Gerbass, durante la entrevista con Esquire.

¿Hacia dónde diríais que está yendo el sonido de Sidecars?
J:
Haciendo un resumen muy vago y rápido, diría que cuando empezamos era un poco más rock and roll y pop británico, como una movida más inglesa, y tengo la sensación de que Contra las cuerdas es un poco más rock americano. Pero es que realmente ni me lo había planteado… Es posible que en los últimos años hayamos escuchado más rock americano en la furgoneta, nos hemos metido un poco en esa dinámica. Pero quién sabe dónde estaremos en el próximo disco.

¿Quién es el DJ de la furgoneta?
[Todos miran a Gerbass] G: Ponemos todos, tampoco es que solo la ponga yo. Lo único que siempre hay más discos en mi mesilla de noche y lo comparto.

Eres el minero de Spotify.
G: Lo amortizo bien, sí.

J: Nosotros somos más clásicos y él nos descubre muchas cosas.

En esa red musical acumuláis más un millón de horas de escucha de vuestras canciones desde 64 países distintos…
J: Es que es algo inconcebible…

R: Es un canteo. La cantidad de gente, la de países… Parece un programa de Discovery Max de estos de infraestructuras gigantes.

J: Es inabarcable, son cifras que no llegas a entender. Cuando lo vi, me quedé un par de minutos mirándolo… Y al final me puse a pensar en otra cosa porque la cabeza no me dio (risas).

¿Puede significar que hay cabida para que hagáis algo a nivel internacional?
J:
Estamos llamando a algunas puertas. Con este disco nos hemos propuesto hacer una visita a México, antes de salir con el siguiente. Nos lo piden muchísimo desde hace años, cada vez con más fuerza, y tenemos la sensación de que hay que hacerlo. Esperaremos a que salga algo y, si no, iremos con nuestro propio pulso. Sería la primera incursión 'colónica'. Me acabo de inventar una palabra de puta madre.

Como buen poeta. ¿Has hablado del próximo disco como si ya hubiera bastante material o me lo ha parecido a mí?
J: Sí, realmente si abro el cajón hay bastantes cosas. Últimamente he escrito algunas canciones. Pero si me dijeran que mañana hay que hacer un disco, me asustaría. De todas formas llevamos tres meses con la gira de presentación, este disco está todavía empezando a gatear.

R: Le acaban de salir los dientes…

J: Yo sigo escribiendo, trabajando en la sombra, pero queremos dejar crecer a este disco y ver hasta dónde nos lleva.

"Nos hemos propuesto hacer una visita a México antes de sacar el siguiente disco"

Llevamos veinte minutos hablando y no hemos nombrado a Pereza ni a Leiva [hermano de Juancho y exproductor de Sidecars]. ¿Nos lo quitamos de encima rápido?
J:
Nosotros aprendimos muchísimo de Leiva como grupo porque él nos produjo los dos primeros discos de la banda. Cuando éramos unos chavales y acabábamos de llegar, él nos enseñó los trucos, por dónde ir y por dónde no. Nos protegió de posibles contratos… Fue nuestro aliado. Y Pereza fue un grupo con un repertorio buenísimo del que por supuesto también aprendimos mucho. Por mi parte, he tenido esta figura cerca siempre, para darme consejos, para escribir juntos, para hacer música juntos… Entendernos. Por eso siempre ha sido algo muy bueno más que una losa. Por supuesto que es un coñazo que todo el mundo me lo diga, pero yo lo recibo como algo bueno.

¿Hay alguna banda de la que ahora vosotros seáis los 'protectores'?
G: En las tres Rivieras fue bonito porque tuvimos esa figura que dices con una banda que en realidad ya es muy grande, porque son muy buenos y llevan mucho tiempo, no tenemos que enseñarles nada porque más bien sería al revés. Ellos son Ele. Les pudimos dar la oportunidad de abrirnos el show. Nos ha encantado la relación que hemos establecido, hemos dado con el grupo perfecto para compartir, celebrar y pasear por los camerinos.