Han pasado tres años y un montón de cosas en lo artístico y en lo vital, pero Zahara sigue transmitiendo en su nuevo disco, Astronauta, una contagiosa energía a través de canciones delineadas al milímetro en las que lo cósmico es tan solo una excusa para surcar el hiperespacio de lo cotidiano.

¿Cuáles son las sensaciones poco después de lanzar un nuevo disco?
El momento previo es tan intenso y largo que ahora que la gente lo tiene entre sus manos me creo que todavía no ha llegado ese momento. Ayer me despertaba y pensaba, pero el disco ya ha salido, ¿no? Preparas con tanto esmero algo que se desvela en tan poco tiempo que la capacidad de mi cerebro para procesarlo es más lenta que el tiempo que pasa. Lo mejor es que todo lo que está sucediendo es genial, es bueno, es mejor de lo que me podía imaginar. Siempre había imaginado mi carrera paulatina, creciendo poco a poco y ver que eso se va cumpliendo me hace tremendamente feliz. Justo hace unos días nos decían que Astronauta es uno de los 12 finalistas de Premio Ruido.

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¿Qué empieza y qué acaba para Zahara el día que se lanza Astronauta?
Acaba el misterio, todo lo que era mío, privado. Hasta el 16 de noviembre, salvo algún adelanto, el disco seguía siendo algo completamente íntimo y personal. Mis historias, mis vivencias, mis dolores solo me pertenecían a mí. A partir de ese día viajan por la galaxia y cada cual las hace suyas. Lo que yo haya sentido ya no importa, ahora lo que tiene sentido es como cada cuál interpreta esas letras y las hace suyas. El origen, lo que yo haya podido sentir alguna vez pasa a un segundo plano y las canciones son de los demás. Y eso es maravilloso. Una historia como la de Guerra y Paz que completamente mía y autobiográfica, pequeña y concreta pasa a convertirse en la banda sonora de muchos que se han visto en esa situación.

¿Qué es Astronauta?
El primer astronauta fue mi hijo, cuando estaba de tres meses y una de mis mejores amigas, Carolina Lapausa, lo llamó así. Lo imaginé dentro de mí, flotando en su pequeño espacio, conectado a la nave nodriza. Me encantó esa imagen. Después la astronauta fui yo.

En las primeras noches como madre tuve una mezcla de sentimientos muy fuertes y contradictorios. Por una parte ese instinto animal que nace a la par que un hijo y por otro una sensación de inseguridad y tristeza bestial. Recuerdo una de las noches en las que eran las cuatro de la mañana. Mi marido dormía al lado, mi hijo en mi pecho. Estaba rodeada pero a la vez me sentía completamente sola, como si fuera una astronauta que ha dejado su vida y que no sabe si volverá alguna vez a la Tierra. Sabe que hay otros planetas más allá, pero ignora si llegará algún día o si la vida en ellos podrá ser posible.

Pienso en toda esa gente que quiere verme y me motiva para ensayar, para preparar un buen concierto

El adelanto del disco eran dos singles muy diferentes entre sí. ¿Es alguno de los dos más representativo de Astronauta?
La bestia era una manera de poner los puños sobre la mesa. Habían pasado tres años desde Santa, tres años sin ninguna canción nueva y decidimos sacar esta precisamente por lo diferente que era de lo que la gente podía esperar de mí y también por lo distinta que era al resto del disco. No quería que fuera una canción que la gente descubriera, creía que merecía que se presentara como lo hicimos. Y la verdad, funcionó genial. Mi público se sorprendió, pero le encantó y la prensa se hizo eco inmediatamente. No esperaba una reacción tan apabullante. Y fue genial. Precisamente por lo diferente que era de todo quería mostrar algo más representativo, de mí y del disco. Multiverso es una de las primeras canciones que grabamos y tiene ese carácter de banda que está en el resto del disco. Además es una canción que conecta con La Pareja Tóxica, otro de mis discos, por su oscuridad, solemnidad... y me parecía una buena manera de decirle al fan de siempre que no se preocupara, que yo seguía por ahí.

Has querido que el disco sea, más allá de un soporte, un artefacto, ¿qué nos vamos a encontrar?
Este disco es una cápsula del tiempo.
Las canciones son los recuerdos que la astronauta se lleva en su viaje y claro, necesita más cosas. Hay un carnet de tripulante, para que aquel que se compre el disco pueda viajar por el espacio conmigo, un mapa, donde he creado planetas, estrellas, agujeros de gusano... Hay también un disco de rarezas que se llama Alienígena y que tiene, entre otras cosas, la primera versión de Con las ganas. Tiene una cosa que me encanta que es una carta cerrada, escrita sobre un informe médico y que solo se puede abrir en caso de emergencia. Cada uno decidirá cuándo es ese momento.

En los tres años que han pasado desde Santa, el panorama de la música en España ha cambiado muchísimo: hemos visto la eclosión de gente como Rosalía, C. Tangana o las Hinds. ¿Cómo has vivido esto como espectadora? ¿Sientes que lanzar un disco en 2018 para ti aterrizar en un nuevo planeta?
La verdad es que en el último año he vivido bastante despegada de las novedades, pero por una cuestión de tiempo. Entre la preparación del disco y mi hijo no me ha quedado mucho para descubrir y ver qué se está haciendo, cosa que me encantaba hacer hace unos años, así que no he podido escuchar a C. Tangana, por ejemplo, aunque sí a Rosalía, que me encanta, además. Me gustaba ya con su anterior disco y con este me parece que ha dado una vuelta a lo que era y ha fusionado todas las músicas que le interesan creando algo diferente y a la par completamente reconocible. Lo que veo son dos caminos diferenciados y que cada vez se están separando más. Por un lado parece que el futuro de la música va hacia la creación de sonidos, búsqueda de sensaciones más que de canciones. Y por otro quedamos algunos románticos que aún creemos en los discos grabados en directo, en estudios, con músicos y no con autotune. Y no critico lo contrario, pero sí que creo que son dos maneras de entender la música y que esos dos caminos cada vez están más alejados.

Primera Temporada es el penúltimo episodio de tu especial relación con las versiones. ¿Qué es lo que te atrae de las versiones?¿Habrá Segunda Temporada?
Habrá. De hecho pedí sugerencias a mis seguidores y tengo una lista de Spotify con más de 800 canciones, así que a ver cómo me organizo.

Me gustó mucho hacer Primera Temporada. Era más un divertimento, un "hey, no me he ido, estoy aquí haciendo cosas". Y así funcionó. La gente lo entendió y lo disfrutó. Para mí es eso. Coger canciones mágicas, temazos de la vida y pasármelo bien cantándolos. Siempre he versionado en mis conciertos, pero es verdad que no las suelo grabar. Quizá el respeto que siento a las originales hace que dejarlas inmortalizadas me de más reparo. En este caso es que me enamoré de Senza un perché viendo El Joven Papa y pensé "quiero cantar esta canción todos los días de mi vida". Y es lo que trato de hacer.

Has anunciado las primeras fechas de tu gira de nuevo disco y ya hay sold out en La Riviera. ¿Es más un alivio, una presión…?
He pasado tantos años peleándome para que se llenaran las salas, viajando mirando la venta de entradas, angustiada por no saber si iba a llegar a poder pagar los gastos de la gira que estar en este momento tan bonito donde tanta gente tiene tantas ganas de verme me hace tremendamente feliz. Obviamente hay presión, pero me la tomo por el lado bueno. Pienso en toda esa gente que quiere verme y me motiva para ensayar, para preparar un buen concierto, para implicarme más, para intentar subir de nivel y que quien venga se vaya a casa feliz habiendo vivido algo especial.

Sabiendo cuáles son tus sensaciones cuando actúas delante de miles de personas… ¿cómo se gestiona que te sigan cientos de miles en redes sociales o que el videoclip de tu nuevo primer single acumule cientos de miles de reproducciones?
Es una pasada, sinceramente. Mi crecimiento ha sido tan paulatino que ver cómo están ahí, cómo me cuidan y quieren me emociona. De verdad.

Yo crecí en las redes sociales. Nací en Myspace y Fotolog, así que de alguna manera estar en ellas es natural. Aprendí a usarlas y me gustan así que trato de entenderlas y estar en ellas, al menos mientras me lo pase bien. Es verdad que cada vez hay más gente y eso me hace cuestionarme a veces si debería decir según qué cosa. Eso es algo que me apena. Vivimos tan presos de la complacencia, de gustar a todo el mundo, de mostrar nuestra mejor cara que a veces, sobre todo a los artistas, nos cuesta posicionarnos por el impacto negativo que pueda tener. Yo antes era mucho más impulsiva en las redes y ahora cada vez mas soy consciente de esa cantidad de gente que está al otro lado, que no me conoce realmente y que no sé cómo va a reaccionar.


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Noemí Elías

Además de la Zahara música y cantante, la autoedición ha hecho que seas tu propia discográfica, tu propia promotora, y tu propia community manager, un modelo muy diferente al del artista tradicional que tiene a la discográfica detrás haciéndolo todo. ¿Es un precio demasiado caro para tener total libertad?
No es caro en mi caso. Es necesario. Hay artistas que funcionan bien en un sello, trabajando con un productor que paga por el producto y que al final tiene decisión en él. Yo sé lo que quiero desde hace tiempo y por fin ahora tengo el dinero (porque al final es una cuestión de dinero) para poder llevarlo a cabo. Me rodeo de gente, monto un equipo de personas en las que confío y en ellas deposito mi arte, pero no en alguien que quiere hacer de mí un tomate reluciente pero, quizá, insípido. Como ya me ha pasado.

Además, como te decía antes, a mí me gusta esto. Me gusta controlar lo que hago, planear una estrategia de marketing, llevar mis redes, elegir mis singles, decidir cómo va a ser la gira... me quita muchísimo tiempo de la parte musical, pero al final el resultado es 100% yo, los errores que pueda cometer me llevan a aprender y sobre todo, que el ser dueña de mi propio trabajo, me hace dormir muy bien por las noches (cuando mi hijo me deja, claro)

¿Qué ha supuesto para ti tu primera novela, Trabajo, piso, pareja?¿Piensas repetir la experiencia?
Ha sido increíble. De verdad. No me esperaba tanto. Yo tenía esa historia dentro, quería contarla, pero no imaginaba que conectaría tanto con tanta gente.

He vendido más libros que discos. Y para mí eso es muy fuerte. Artísticamente me ha llevado a sitios que no sabía que podría explorar y creo que eso se ha notado también en las letras del disco, que me he sentido mucho más libre. Y también a conectar con otro público que estaba ahí esperando algo así.

Me ha encantado, pero fue un proceso tan intenso, de tantas horas solo escribiendo que, aunque tengo muchas más historias que me gustaría contar, no sé si voy a tener tanto tiempo y capacidad de concentrarme como necesité para escribir Trabajo, piso, pareja. Pero ojalá. Me encantaría.