Se me hace extraño ver sonreír a Macarena García (Madrid, 1988) y a Roger Casamajor (Lleida, 1976). Es su estado natural estando juntos, pero acabo de ser sepultado emocionalmente por La Mesías y aún no he podido digerir las marcianadas (el adjetivo no es casual) que atraviesan a sus personajes. Dos hermanos, Enric e Irene, que se reencuentran años después de sobrevivir por separado a una infancia y una juventud radicalmente traumáticas, marcadas por el fervor y el fanatismo.

Se suma que es la primera vez que se enfrentan a una entrevista con alguien que ha visto la nueva serie de Javier Ambrossi y Javier Calvo (estreno 11 de octubre en Movistar Plus+) y quizá por eso los tres hablamos con un nervio especial. Porque La Mesías es muy bestia a muchos niveles. Dramática, surrealista, costumbrista... Quizá has oído que se inspira en las Flos Mariae, el grupo de pop cristiano carne de memes y de psiquiatras aficionados, pero esa descripción se queda tan corta como los halagos que van a recibir Macarena y Roger por unas tremendas interpretaciones que ya fueron aplaudidas a rabiar en el reciente Festival de San Sebastián.

"Hemos pasado miedo, nos hemos reído… Desde los ensayos tuvimos la sensación de querernos muchísimo"
macarena garcía y roger casamajor en esquire
Diego Lafuente

Como no encuentro las palabras, soy directo: ¿qué demonios es La Mesías para vosotros?
MACARENA GARCÍA: Un viaje de crecimiento.
ROGER CASAMAJOR: Un viaje de sanación.
MG: Un reto que me ha obligado a atravesar tantos miedos y resistencias... He salido reforzada.
RC: Y una de las experiencias más potentes de mi carrera, porque el rodaje fue otro viaje vital.

¿Os aliasteis para recorrer el camino juntos?
RC: Hemos tenido mucha suerte en coincidir en este proyecto porque nos hemos ayudado un montón. A mí costó entender a Enric y también la manera tan personal de rodar de los Javis. Y Maca, que también tenía una gran presión, estaba ahí. Además, es una curranta nivel Dios, ¡la amo!
MG: Desde los ensayos tuvimos una sensación de querernos muchísimo. Nos moríamos de miedo y nos moríamos de risa. La gente va a flipar con Roger como actor. Llega a unos lugares increíbles, de gran belleza y esperanza. Un regalazo y un descubrimiento muy grande.

De hecho, Roger, llama la atención que se hayan atrevido a que un actor poco mediático sea cabeza de cartel de un proyecto tan grande.
RC: Es muy difícil que se apueste así por una cara que no es conocida, es cierto. Yo hice la prueba y cuando me cogieron me quedé en shock. Y eso que al principio no calibré la magnitud de La Mesías. ¡No sabía la que se me venía encima! [risas]

¿A qué te referías con eso de que te costó encajar en la forma de crear de los Javis?
RC: Yo siempre he sido muy esclavo del texto, de trabajar en casa palabra por palabra. Y ellos lo hacen todo mucho más vivo, menos encorsetado. No te puedes imaginar lo que he aprendido, ha sido una liberación total. He salido distinto, más relajado. Y creo que soy un poquito mejor actor.

Roger: "El rodaje ha sido una liberación total. He salido distinto, más relajado. Y creo que soy un poquito mejor actor"
roger casamajor en la mesías
Cortesía Movistar Plus+.

Macarena, tu caso es justo el contrario: no puedes conocerlos mejor.
Eso es maravilloso y a la vez conlleva un extra de responsabilidad porque es el proyecto de mi familia [Ambrossi es su hermano] y quiero profundamente que salga bien. Hasta tuve miedo de que quisieran echarme y no se atrevieran. Hubo un momento en que les dije: “Chicos, de verdad, os querré siempre por creer tanto en mí, pero que lo haga otra, no pasa nada” [risas].

Tu hermano contó en Esquire que este rodaje os unió aún más porque había escenas que resonaban en vosotros de una manera muy potente.
MG: Sí que ha sido emocionante y sanador aportar parte de nuestro camino, eso de que cada niño vive las cosas a su manera y las consecuencias llegan al adulto de forma distinta. Efectivamente esta historia está contada a través de los ojos de dos hermanos que intentan superar un trauma y se reencuentran un tiempo después. Pero quiero aclarar que no tiene nada que ver con nuestra historia: nosotros no nos hemos reencontrado porque nunca nos desencontramos, hemos ido de la manita siempre. Y yo he tenido una infancia preciosa y unos padres maravillosos.

También decía Ambrossi que esta experiencia ha hecho que te ame todavía más.
Es que parece imposible pero luego es posible. No siempre es fácil encontrar maneras de descubrir más a la gente que quieres, pero es que nosotros tenemos esa oportunidad en la vida y también en la profesión. Poder descubrirnos un poco más, ahondar en nosotros, es un tesoro.

¿Trabajasteis juntos con los actores que hacen de vosotros de jóvenes?
MG:
Los chicos plantearon un ejercicio clarificador durante los ensayos. Nos pusieron a los tres Enrics y a las tres Irenes en una sala juntos para improvisar algunas de las escenas clave para rescatar cositas de los otros y calibrar la energía de cada uno.
RC:
Fueron muy hábiles porque consiguieron que nos mimetizáramos en la medida de lo posible. Incluso sacamos algún gesto calculado que hacemos los tres, esas cosas pequeñitas que ayudan a tejer el mismo personaje.

Macarena: "Nunca había acudido a estos colores de dureza, de tensión, de agresividad. Me bloqueé porque tenía una dificultad enorme para acceder a ellos"
macarena garcía en la mesías
Cortesía Movistar Plus+.

Macarena, ¿a qué límites te llevaba el personaje de Irene para hacerte incluso dudar de tu capacidad?
MG: Yo estoy acostumbrada a trabajar de una manera más expresiva, más cálida. Nunca había acudido a estos colores de dureza, de tensión, de agresividad. Y vi que tenía una dificultad enorme para acceder a ellos. Por mis temas, como tenemos todos. Así que fue una invitación a mirarme a mí. A por qué hay lugares donde me cuesta tanto entrar. Al empezar a ensayar hubo un momento de parálisis, de bloqueo, pasé mucho tiempo pensando, escribiendo, adentrándome en esa energía que sí puedo entender, porque todos tenemos una parte de un niño con una rotura. Con una herida. Entendía esa herida pero me costaba acercarme a ella. Poco a poco salió una manera de andar, de mirar, de pensar. Para mí Irene es una superviviente que comprendió que su manera de sobrevivir era callar. Callar y tragar. Cuando por fin sale al mundo, carga con una mochila enorme que nadie conoce, de ahí sus rarezas, su tensión, su falta de comunicación. He trabajado más que nunca para llegar ahí, acompañada por los mejores.

Cuando un personaje tiene una cicatriz, y ahora hablo de la física, eso tiene un eco cinematográfico muy potente.
Sí, toda la caracterización me ha ayudado mucho. La cicatriz me servía para imaginar, para colocar sensaciones en ella. Y ese pelo planchado con una rectitud impoluta genera un look extrañísimo.

macarena garcía y roger casamajor en esquire
Diego Lafuente

¿Cómo fue ese proceso para ti, Roger?
RC: Uf, hay tantas capas... Yo no llegué al rodaje con una propuesta de “Enric es así” porque era imposible, lo fuimos construyendo poco a poco. Los Javis también me iban enseñando las escenas en las que vemos a Enric de niño y de joven, para que viera de verdad por todo lo que había pasado. Han sido unos maestros para mí. Sin lugar a dudas te digo que ya son mis directores fetiche, junto a Agustí Villaronga.

Con él hiciste cinco películas. Eras su favorito. ¿Hay algo de homenaje a Villaronga en tu éxito?
RC: Agustí murió en enero, en mitad del rodaje. Y desde ese instante estuvo muy muy presente. Un ángel del que fui tomando muchas cosas para construir a Enric. Me hace feliz que, de alguna manera, su amor y su visión estén en La Mesías.

Macarena, ¿tú cómo has vivido este gran reencuentro artístico con los Javis ahora que se han cumplido 10 años del estreno de La llamada?
Es muy fuerte, qué bonito. Conviviendo con ellos, su crecimiento para mí es algo que siento como inevitable, me cuesta imaginar otra opción. Veo lo que vemos todos: un talento inmenso y unas cabezas que son de otro planeta. Pero también veo su trabajo, el tiempo y el amor que dedican, una implicación espectacular que no he visto en nadie más. Se retan, siguen investigando. Además se están convirtiendo en unos directores increíbles en set. Es muy emocionante ver cómo generan el sentimiento de equipo, todos los que estamos ahí sentimos que la serie también es nuestra, porque es verdad. Y encima lo hacen con mucha alegría, que no es nada fácil con la tensión que implica un rodaje. Por mi parte, pienso en la Macarena de hace 10 años… Y este personaje tiene sentido. Ellos conocen mi crecimiento personal porque compartimos el día a día y me pueden imaginar donde quizá otros no pueden. Lo agradezco muchísimo. Gracias a ellos he descubierto eso que dicen de que los límites se los pone uno mismo. De repente los atraviesas y llegas a más. Hacer todo esto desde el amor solo tiene cosas bonitas.

*Este artículo aparece publicado en el número de octubre de 2023 de la revista Esquire

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