Hace ahora justo 20 años, en abril de 2004, nacía en Málaga un nuevo periódico de información general, Málaga Hoy, de cuya redacción fundadora formó parte el arriba firmante. Aún sin haber acabado la carrera, dejé la locura de Madrid para instalarme en la capital de la Costa del Sol cuando aún no era (ni se esperaba) el gigantesco tsunami turístico, gastronómico, cultural y económico que es hoy en día.

Era 2004, decíamos, y el ‘choque cultural’ para un chaval de 22 años que hacía el camino inverso (de la capital a las provincias) era cuanto menos curioso. Llegué a Málaga, además, en plena Semana Santa. Ni una procesión había olido yo en Madrid hasta entonces, y aquel año y posteriores ni un solo trono se me escapó, ya fuera en la calle o por televisión. Eso debe ser el choque cultural.

cafe central malaga
ullstein bild//Getty Images

¡Ay, el café!

Pero, sin duda, uno de los mayores WTF (por entonces esta expresión no se utilizaba) que viví tuvo que ver con algo mucho más prosaico: el café. O, más concretamente, con las distintas formas que tienen en Málaga de pedir un café. En el resto de España tenemos el café solo, solo con hielo, manchado, con leche, cortado, con una nube... En Málaga tienen todo eso y mucho más, y lo llaman de formas muy distintas... y precisas.

cafe central malaga
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Este azulejo fue durante décadas uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad de Málaga.

¿Y de dónde viene esta particular nomenclatura? Pues de uno de los lugares con más encanto que nunca tuvo Málaga, el Café Central, situado en la plaza de la Constitución. El local, que cerró sus puertas en 2022 tras más de un siglo de vida, fue fundado por José Prado Crespo, a la sazón el ‘inventor’ de esta especial forma de pedir los cafés que poco a poco fue calando entre la población malagueña. Tal fue el éxito que se convirtió en atracción turística acercarse hasta la cafetería a hacer fotos al legendario azulejo (que puedes ver en esta página, obra de Amparo Ruiz de Luna) que presidía el café y que identificaba cada nombre con la cantidad de bebida que se quería en el vaso. Un café con leche es un mitad, un manchado es un sombra, una nube es un manchado con muy poco café, un entrecorto es un café con leche pero con menos café... Tras el cierre del Café Central, el famoso azulejo, por el que incluso hubo importantes ofertas de compradores privados, fue finalmente cedido por su dueño al Ayuntamiento, y hoy puede admirarse en la fachada de la Peña Juan Breva. Con el cierre del establecimiento se perdió un símbolo de la cultura malagueña, aunque su legado permanecerá por siempre. Y, ya puestos, si con tu mitad pides un pitufo, te gradúas en malagueñismo. Pero esa es otra historia.

*Este artículo aparece publicado en el número de mayo de 2024 de la revista Esquire

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