Hola. Me llamo Carmen Raya, estoy soltera, tengo 39 años y no tengo ni un solo gato (que yo sepa). Y no creo que vaya a tener ninguno por mucho que las películas, los libros, las series de televisión y mis vecinas me digan que estoy obligada a adoptar uno. Sí, sí, porque parece ser que en el BOECS (Boletín Oficial del Estado Civil Solteril) se especifica que cualquier hombre o mujer que llegue a la edad adulta sin una relación estable debe convivir con un gato por su seguridad y la del animal.
Dicho esto, y aclarado que no existe ningún BOECS, lo que sí existe es una concepción cultural (me encanta cuando escribo en modo periodista seria) sobre que los solteros y los gatos son como las Azúcar Moreno, inseparables. Lo siento, pero es que a mí la seriedad me dura un segundo, como el amor.
Solteros y gatos: mito, leyenda o realidad
Como bien os comentaba al principio de este artículo, la literatura, el cine, la televisión y la historia en general se han encargado de propagar como la peste que gatos y solteros estamos condenados a pasar juntos la vida y la eternidad. Debemos no solo convivir, sino entrar en una dinámica MUY RARA en la que el gato comienza a tratar a su soltero como un esclavo y el soltero comienza a tratar a su gato como si fuera su pareja o, peor todavía, descendiente.
Pero la referencia que os he hecho antes de la peste no era baladí (again, Pulitzer para mí). Los pobres gatos fueron, ojito con esto, satanizados por la Iglesia Católica en la Edad Media porque creyeron que estos animalitos eran los causantes de propagar la peste negra. De hecho, fue el Papa Inocencio VIII en 1484 el que mandó asesinar a todos los gatos. Epic fail el de Inocencio porque los que realmente eran inocentes eran los felinos. No solo no propagaban la enfermedad, sino que se comían a las ratas que sí la propagaban.
¿Resumen? La peste negra se descontroló más que tu tío Manolo en las fiestas de tu pueblo y este 'gaticidio' religioso no sirvió para nada.
No solo eso, sino que cuando os decía que gatos y solteros estamos condenados a pasar juntos la vida y la eternidad lo digo porque en el antiguo Egipto, los faraones y sus esposas tenían gatos viviendo con ellos porque era símbolo de misterio, inteligencia y conocimiento. Es más, ¿recuerdas la intensa raya negra del ojo de Cleopatra? Se la hacía para parecerse a un gato. Ejem, ejem...
Ah, y que sepas que aquí estos reyes egipcios SÍ morían rodeados de gatos y solos, aunque bueno, más bien morían y luego los rodeaban de gatos. Ajá. Como buenos amantes de los gatos que eran, los faraones exigían que en sus tumbas metiesen también a sus gatos... Y algunos no estaban muertos todavía... O sea que.... En fin... Cosas de antes.
Gatos, soltería, sabiduría e independencia
Cuenta la leyenda que los brujos y brujas de siglos anteriores tenían gatos. Ajá, un dato que sí es cierto tal y como prueban un montón de escritos y pinturas en donde se muestra la presencia de felinos alrededor de estas profesiones. Y digo profesiones porque lo que antiguamente llamaban brujos y brujas, ahora en pleno siglo XXI los llamamos científicos e investigadores.
De hecho, se ha confirmado que las personas que intentaban resolver los misterios de la ciencia en épocas pasadas sabían que tener gatos en casa mejoraba la salud. PERO NO POR LO QUE ESTÁIS PENSANDO. No se trata de que estés de mejor humor porque tengas que limpiar las pelotas de pelo que eructan cada cinco días. Se trata, again, de las ratas. En aquella época no existían las medidas de higiene ni de salubridad pública que tenemos ahora y tener gatos en casa era la única forma de tener tu hogar a salvo de ratas = peste.
Y ya que soy mujer, os dejo esta reflexión de Norma Blázquez Graf, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autora del libro El retorno de las brujas sobre las mismas:"No eran personas malas y feas, como se les ha descrito, sino mujeres generadoras de un conocimiento específico. En el medievo, cuando predominaba un modelo social masculino, el saber de las brujas fue considerado amenazante, por lo que fue perseguido y destruido junto con ellas en las hogueras".
Sin embargo, y dejando a un lado tanta historia antigua, estudios más recientes sí que han demostrado cierta relación entre las características de la gente soltera y los felinos. Y cuidado porque me veo que esta revelación va a provocar ahora una avalancha de divorcios porque la gente va a querer venirse al equipo de los solteros. Tarde, queridos, tarde. El soltero nace, no se hace. Por mucho que hasta la inteligencia artificial nos dé consejos para encontrar pareja.
La Association for Psychological Science compartió un estudio en el que se descubrió que existe una relación muy estrecha entre los perfiles de personas que prefieren a los gatos, con sus niveles de intelectualidad e inteligencia, que a su vez suelen ser personas solteras e independientes.
Es decir, las personas solteras que deciden tener gatos es porque son independientes e intelectuales.
Dicho esto, que cada cual saque sus propias conclusiones pero esto de morir solo y rodeado de gatos no solo no es que no tenga nada de malo es que es mentira.
P.D: El día que muera rodeada de gatos, por favor, que el robot que esté escribiendo Esquire actualice este tema. Gracias.
