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Siempre he confesado a mi círculo más cercano (y al lejano porque lo que me gusta a mí hablar de temas controvertidos no tiene precio) que casarse es un claro error por un sencillo motivo: estás un paso más cerca de divorciarte. Y aunque a todos les parece un chascarrillo muy divertido, parece que esta teoría de Carmen Raya, soltera empedernida y nunca casada hasta la fecha, adquiere más relevancia que nunca.
Sí, amigos y amigas casamenteros y casamenteras, tengo buenas noticias para vosotros que os habéis pasado Tinder una y otra vez y estáis sedientos de nuevos perfiles. Tranquilos porque una nueva remesa de solteros y solteras (poco exigentes ya, asumámoslo) va a entrar en el maravilloso mundo de las citas ya que el 60% de los matrimonios españoles se divorcian.
Por qué nos divorciamos: tres preguntas que deberíamos hacernos
No seré yo la que diga que la gente no se casa con la idea de que dure para siempre, pero esto del 'y fueron felices y comieron perdices' ya no se lo cree ni la más naif de las princesas Disney. Y sí, hablo de Ariel, esa sirena que aprendía todo lo que sabía del mundo exterior del pico de una gaviota (sin palabras).
Dicho esto, es verdad que el aumento del número de divorcios se antoja un tanto curioso ya que vivimos en un mundo plagado de aplicaciones online de citas donde parece que todo el mundo está deseando tener pareja = matrimonio.
Por eso cada vez más psicólogos, terapeutas, coaches y sociólogos intentan dar con las razones que llevan a los matrimonios a divorciarse. A mí, como mujer que lleva 39 años soltera se me ocurren un montón, pero dejaré que sea la ciencia la que nos lo explique.
Izanami Martínez, antropóloga y experta en neurociencia y comportamiento humano, sugiere que hay tres grandes consejos para hacer que un matrimonio funcione. Y yo, que soy muy escéptica en esto de intentar arreglar cosas (si se te rompe un grifo, compra otro, ya tú sabes), voy a convertir sus tips en preguntas para debatir sobre si un matrimonio tiene (o no) solución cuando está en las últimas o penúltimas.
1.¿Crees en el matrimonio perfecto?
Según Izanami, "los matrimonios perfectos no existen. Los matrimonios sanos discuten. Y pasan malas rachas. Y no cumplen con las expectativas del otro. Las relaciones en las que una persona se doblega por completo a los deseos de la otra y hace todo lo posible para cumplirlos son relaciones de abuso de poder".
Sí y no, Izanami. Como soltera que siempre ha hecho lo que le ha dado la gana, ha ido de viaje cuándo ha querido y dónde ha querido, ha manejado siempre su economía de manera independiente y si ha querido se ha ido al otro lado del mundo a vivir, he de decir que esto de las malas rachas y las discusiones no lo acabo de ver.
Entiendo que los matrimonios perfectos, esos que aparecen en las películas, no existen. Sin embargo, y desde mi humilde opinión, cuidadito con esto de que los matrimonios sanos discuten porque si te pasas de lunes a domingo discutiendo pues lo mismo una llamadita al abogado is coming. Y lo de cumplir expectativas... Hombre, yo después de 39 años living the single life espero que si algún día me caso sea con alguien con quien pueda construir algo que cumpla con mis expectativas porque sino...
2. ¿Te planteas el divorcio antes incluso de casarte?
A ver, voy a explicaros esta pregunta porque quizá no la entendáis muy bien. Por ejemplo, hay gente que se casa y dice "yo me caso con la idea de no divorciarme nunca" y otra que es más de "si no funciona me divorcio y punto". Como habrás podido comprobar dos actitudes bastante diferentes ante la idea de pasar el resto de tu vida con otra persona. Ni mejor, ni peor, solo que distintas.
Dicho esto, Izanami Martínez asegura que "el primer paso para que un matrimonio funcione es descartar por completo la posibilidad del divorcio. Solo cuando seguir adelante es la única opción activamos el compromiso necesario para lograrlo."
Querida Izanami, princesa de un cuento infinito, tengo que decir que este punto me perturba, preocupa e inquieta más que a Esperanza Gracia mi futuro amoroso. A ver, yo entiendo que si te vas a casar con alguien es porque tienes ilusión, estás enamorado y crees que podréis superar todo tipo de obstáculos juntos, PERO de ahí a decir que hay que descartar por completo el divorcio...
Más que nada porque esto me recuerda un poco a este momento religión católica extreme edition en donde el matrimonio es para toda la vida y el divorcio es pecado.
A ver, que yo no digo que la primera vez que tu pareja deje el bote de la mermelada abierto fuera de la nevera (que mira que fastidia) te divorcies, pero a mí me parece que el divorcio es ese salvavidas al que aferrarse cuando en la tabla del amor ya no hay sitio para dos.
Y como sé que os gusta que os ponga ejemplos personales, es cierto que tengo amigas (casadas) que consideran que pensar en un futuro divorcio cuando te casas es como tentar a la mala suerte o como un síntoma de que realmente no deberías hacerlo. Aunque a mí lo que me parece, y con todo el respeto del mundo, es que esta teoría es una birria. Es que claro, esto es como decir que quieres subir al Himalaya sin ayuda, pero cuando estás ahí medio moribundo tienes la posibilidad de salvarte y dices "no, no, que dije que no quería ayuda".
A mí, y si algún día me caso, me daría tranquilidad y paz mental saber que tengo el comodín del divorcio y puedo usarlo cuando lo necesite.
3. ¿Crees que el matrimonio es un equipo?
"Siempre. Aún cuando haya desacuerdos, se lleva la misma camiseta. Si uno pierde, el matrimonio pierde. Así que la única manera productiva de resolver los conflictos es lograr que los dos ganen", comenta Izanami. Ay, amiga, ya lo siento pero aquí también como que no acabo de estar 100 % a tu lado (me siento seguro, a tu lado no dudo).
Obvio que el matrimonio es una cosa de equipo. Bueno, más bien de deportes de dobles, como el tenis, porque si en tu matrimonio hay 25 personas eso ya es lo que viene siendo un equipo de fútbol y una relación abierta/infidelidad en toda regla. Dicho esto, todo bien en lo de ser una piña para pagar facturas, salir adelante en la vida, reproducirse, pedir un préstamo, comprar una casa... Pero esto de que "resolver los conflictos es lograr que los dos ganen" a mí que me lo expliquen.
Porque a ver, si María quiere ir a comer el domingo a casas de sus padres y Juan, su marido, no quiere, ¿Cómo se va a resolver esta encrucijada saliendo victoriosos los dos?
A) María va a comer a casa de sus padres con Juan cabreado y sin hablar.
B) Juan va a comer a casa de sus padres con María cabreada y sin hablar.
C) María va sola a comer a casa de sus padres y Juan va solo a comer a casa de sus padres. Lo cual, obviamente, es lo que hacían antes de conocerse y entonces su matrimonio no tendría sentido. ¿O sí?
Claro, amigos, es que hay que tener en cuenta que ahora (y siempre, reconozcámoslo) cada matrimonio es un mundo y puede establecer sus propias reglas sin necesidad de compartirlas con los demás.
Llegados hasta aquí, yo solo puedo resumir mi opinión al respecto con esta maravillosa frase:
