El Príncipe Harry todavía no es padre, pero durante una reciente aparición pública compartió algunas opiniones que sugieren que controlará de forma férrea todo el tiempo que su futura descendencia pase delante de una pantalla. Durante una visita a un albergue YMCA de Londres como parte de una iniciativa de la realeza sobre salud mental real, el Duque de Sussex opinó sobre las redes sociales y Fortnite, diciendo que el popular juego online debería ser prohibido por completo.

"Ese juego no debería estar permitido", dijo el Príncipe Harry sobre el exitoso videojuego, que cuenta con más de 250 millones de jugadores en todo el mundo. "¿Dónde está el beneficio de tenerlo en tu hogar?"

"Está creado para que sea una adicción", continuó, "una adicción para mantenerte frente a un ordenador el mayor tiempo posible. Es muy irresponsable".

Como cualquier otro medio de entretenimiento, los videojuegos están diseñados para que los jugadores, por supuesto, quieran jugarlos. Pero los juegos de hoy son definitivamente más envolventes que sus antepasados menos sofisticados: están diseñados de forma increíble, son accesibles en muchas plataformas y con posibilidades de crear comundad, algo que consigue que sea complicado que algunos no consiga dejar de jugar. Sus desarrolladores estudian los principios de la economía del comportamiento para crear juegos gratuitos como Fortnite que ganan mucho dinero al persuadirnos para gastar nuestro dinero en compras dentro del mismo juego. Un estudio de 1998 descubrió que los videojuegos duplican la cantidad de dopamina en el cerebro, que es aproximadamente la misma cantidad del placer químico que se libera durante el sexo.

Muchos expertos aún debaten sobre si los videojuegos son o no clínicamente adictivos y, en caso afirmativo, si esas adicciones son generalizadas. El año pasado, la Organización Mundial de la Salud declaró que el juego compulsivo es una enfermedad mental. "Los videojuegos son como un tipo de juego donde no se gana dinero desde un punto de vista psicológico", dijo el investigador Dr. Griffiths a The Associated Press. "Los apostadores usan el dinero como una forma de mantener sus posibilidades de ganar más dinero, mientras que los jugadores usan puntos".

La adicción a los videojuegos aún no se ha clasificado como un trastorno formal por los sistemas de salud de ningún país, ya que dicen que se necesita "más estudio", pero la OMS cree que hasta un 3 por ciento de los jugadores están afectados. Por otro lado, muchos investigadores estiman que mucho menos del uno por ciento de los jugadores juegan compulsivamente, y dice que aquellos que sí lo hacen es probable que sufran enfermedades subyacentes como depresión o autismo.

El príncipe Harry también dedicó fuertes palabras a las redes sociales en general, a las que calificó de "más adictivas que el alcohol y las drogas". Si bien sus palabras pueden sonar hiperbólicas, algunos investigadores han dicho que a la gente nos resulta más difícil resistirnos a la tentación de navegar por Twitter o revisar nuestros correos electrónicos que abstenernos de fumar cigarrillos o beber alcohol. Quizás tengan algo de razón.

Vía: Esquire US