¿Quién es realmente Carlos Sadness? ¿Es un artista transparente o un producto de marketing milimétricamente estudiado? ¿Un 'pelazo con cerebro debajo', como dice La vecina rubia? Es la pregunta de fondo que inspira esta charla con uno de los cantautores más relevantes y originales del panorama. Nos recibe en una sala del Teatro Barceló de Madrid, minutos antes de un concierto a cuatro manos con Rufus T. Firefly dentro del ciclo Cómplices de Mahou… Un par de cervezas después creemos resolver la ecuación [CS=Art+Mkt/Fes+Ig], pero os dejamos la entrevista completa para que elaboréis vuestras propias teorías.

¿Qué suponen para ti las colaboraciones? ¿Recibes muchas propuestas?
He hecho bastantes cosas. Tengo la sensación de que, como mi propuesta musical es un poco especial y diferente, nadie percibe que compito directamente con ellos y eso te hace estar más relajado con todo el mundo. No tengo complejo con colaborar con gente que no tenga nada que ver conmigo, me parece divertido.

¿Qué ofrece Carlos Sadness en directo a día de hoy?
Mis conciertos siempre están muy abiertos. Según veo el estado de ánimo de la gente, en ciertos puntos me voy a un lado o a otro. Porque hay días que el público está muy emotivo y notas que puedes conectar más con una balada, o si veo que están muy locos me voy al 'reper' más festivalero. Eso es la gracia de tener tres discos, porque antes no podía jugar tanto.

"Mucha gente me pregunta si soy un personaje, y para mí es una pregunta extraña"

¿Cómo se capta ese estado de ánimo desde el escenario?
Es una intuición, una sensación de estar todos a una. Es raro que tú quieras hacer canciones lentas y el público quiera otra cosa, porque suele ser algo correspondido.

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Mahou

Y yo que creía que los conciertos están cada vez más diseñados al detalle…
Las bandas sí lo tienen muy estructurado; nosotros no, porque al final mi carácter es un poco así. Yo tampoco me siento tan músico al pie de la letra, sino más comunicador. Desde ese punto juego con el margen de error, con la capacidad de girar, de improvisar…

¿Me explicas esa dicotomía entre músico y comunicador?
Yo soy músico, sí, pero no es el pilar de lo que me define. De pequeño quería ser pintor. Luego la música me gustó y hago canciones. Pero lo que más me interesa es la parte creativa del arte. La música es un vehículo que me encanta para hacer arte, pero la semilla de todo eso es lo que me atrae más. Por eso me gusta dibujar, escribir… Empecé a hacer canciones porque era una excusa para escribir. No busco ser un cantante técnicamente excelso, que para eso hay otros. ¿Qué busco entonces? Encontrar el punto comunicativo y creativo que más me motive. En mi banda sí que hay súper músicos, todos tocan los instrumentos mejor que yo

Vamos a esa semilla: ¿de dónde salen tus impulsos creativos?
Siempre han estado allí, desde que tengo uso de razón, así que no he detectado que de pronto aparecieran. Ya de pequeño me gustaba dibujar, inventar cuentos… Era mi pasatiempo favorito. Mi deseo no era ir a jugar al fútbol, aunque también lo hiciera. Yo tenía claro que quería ser pintor; cantante no lo pensé hasta más adelante, en la adolescencia, cuando me dio por montar una banda. Veía al pintor como el artista que relata cosas a través de la imagen, y en ese momento pensaba que era lo que se me daba mejor.

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¿Por eso la imagen ocupa un lugar tan importante en tu propuesta musical?
Quizá por eso, sí. Yo sé que hay mucha gente que piensa que la música no debería tener imagen, que habla por sí sola. Estoy de acuerdo, pero no es incompatible porque la imagen también habla y vivimos en el momento más audiovisual de la historia, y prescindir de la imagen es lícito pero tiene mucho sentido que vayan de la mano.

"No soy súper fan de los festivales, a mí lo que me gustan son las salas"

Un peligro de trabajar tanto la imagen es que el público perciba que está ante un personaje más que ante un cantante o un músico.
Mucha gente me pregunta si soy un personaje, y para mí es una pregunta muy extraña.

¿Por qué?
Porque la música es algo muy íntimo, cuentas cosas que quizá no dirías en voz alta, buscas metáforas para hablar de cosas muy sentidas, a veces eres muy irónico para abordar algo que realmente te importa o para retratar algo de una manera divertida aunque pienses mucho en ello. Yo soy muy autobiográfico. Entonces me resulta raro que me pregunten si Carlos Sadness es un personaje.

Hay quien te define como el 'Mr Wonderful de música', y eso suena mucho a personaje.
Pero hay que profundizar. Mis singles son animados y divertidos, pero si te vas al disco hay cosas más oscuras, más rock… Lo que pasa es que llaman mucho la atención una serie de canciones positivas, quizá porque son las que al final la gente hace famosas. Tú sales con unas canciones y es la gente la que potencia unas más y otras menos. Y yo tampoco las veo tan felices, si te digo la verdad. Hay una parte divertida, también un poco de ironía o incluso de nostalgia…

"No conozco el hashtag #summervibes"

¿Tu visión de la realidad no es tan de color de rosa como pueda pensar quien te conoce superficialmente?
No, en absoluto. Lo que pasa es que no hago canciones existenciales y solemnes… Ya lo hice cuando era adolescente o escribía rap. De pronto sentí que era un desafío muy interesante el utilizar la creatividad musical para hacer algo luminoso y brillante. Que no solo es cierto aquello de que donde duele, inspira; a veces, donde ilusiona y donde motiva, también inspira.

¿Significa entonces que estás en un momento vital de puta madre?
El disco tiene 13 canciones y algunas no reflejan que esté de puta madre. Es verdad que este último disco en concreto es bastante luminoso y positivo porque ha coincidido con dos años muy chulos, de descubrir países en Latinoamérica, de conciertos enormes allí, con muchísimo amor recibido. Pero hay canciones que plantean puntos de inflexión en la vida, con momentos importantes en los que te planteas cosas, en los que llevar una vida rutinaria y tener relaciones con amigos o parejas se complica… Eso se refleja en canciones como Física moderna o Longitud de onda. Aunque sean animadas y la gente las baile a muerte en un festival, están mandando un mensaje que plantea una pregunta, aunque esté vestido de algo muy colorido.

¿A la hora de componer te influye la búsqueda de sonidos que muevan masas en un festival?
No pienso en eso cuando hago las canciones. Cuando las estoy produciendo o grabando en el estudio sí pienso “hostia, qué ganas tengo de tocar esto en La Riviera o en el Metropolitan de México”. Pero tampoco soy súper fan de los festivales. A mí lo que más me gusta son las salas, porque te ofrecen hacer un repertorio más grande y te permiten profundizar, como hablábamos antes. ¿Eres un tío mega feliz? Bueno, mis cuatro canciones más famosas son mega felices, pero hay otras veinte que reflejan otros colores.

¿Es el tamaño y posición del nombre en el cartel de los festivales la lista de los 40 de la música indie? ¿Hay competitividad en ese sentido?
Yo entiendo que sí porque algún programador me ha comentado que hay quien va más barato a un festival si lo ponen más arriba en el cartel. No sé, si no estás más arriba en un lo estará en otro, y al final hay algo que se llama 'cuántas entradas vendes'. Si haces X salas y te va bien es más importante que dónde figuras en un festival. A mí, más que la posición en el cartel, me ha fastidiado tocar a una mala hora. Que a lo mejor viene mucha gente a verme y estoy programado a una hora con un sol que flipas cuando considero que en ese punto me merecía algo mejor. Pero bueno, a veces nos toca a unos y otras veces, a otros. No creo que sea la preocupación más importante.

Hablando de citas importantes, cuéntame qué pasa el 23 de febrero de 2019.
Descubrimos una isla fantástica en medio de Madrid donde se promete una noche tropical de verano que nos vamos a inventar para celebrar la existencia de las cosas exóticas que nos hacen sentir. Es una excusa para hacer un concierto especial y diferente. No cumplo 20 años de carrera ni despido una gira, pero sentíamos que era el momento de hacer algo grande en el Wizink, y quería inventarme algo para argumentar eso. A raíz de una serie de canciones que estoy escribiendo me surgió la idea de crear una agencia de viajes que vende billetes para ir a esta isla. Al final se acaba notando que yo curraba en publi (risas). No es una herramienta de marketing, es una cosa que quiero hacer yo… y, por otro lado, es un marketing muy chulo.

Ves, ese tipo de cosas dan pie a creer que Carlos Sadness es un personaje montado con herramientas de marketing.
No. Yo hago las canciones que quiero y, una vez que las tengo, me invento qué hacer con ellas. Pero siempre desde un punto de partida súper artístico. Yo no subo una foto Instagram y pregunto “¿Cuál es el mejor momento del verano para vosotros?”. Eso es marketing.

La prueba del algodón: ¿has utilizado alguna vez el hashtag #summervibes?
Pues… No lo creo. No conozco ese hashtag. Pero el marketing creativo y artístico me parece sano e interesante. Al final yo saco un disco cada tres años, me tendré que inventar cosas por el medio. Subrayo: es el marketing al servicio del arte. Si se pone el arte al servicio del marketing, es absolutamente lícito pero no es mi curro. Para eso ya curré en publi y estaba al servicio de una marca. Ahora no. Ahora soy mi jefe.

"Empecé una canción para Aitana para Eurovisión, pero no la acabé… Ahora sí he hecho una para alguien del mundo OT"

¿Tienes equipo de marketing o tú te sobras y te bastas?
Yo se lo cuento a la gente de Sony y ellos se encargan de realizarlo. En ese sentido me cuesta mucho delegar, y en lo audiovisual también. Luego me pasa que no tengo vacaciones porque estoy yo diseñando el cartel de la gira.

Tu sonido tiene algo de eurovisivo…
¿Sí? No me lo habían dicho nunca.

¿Te han ofrecido componer para los candidatos de OT?
Sí, me lo propusieron el año pasado. Empecé una canción, pero no me convencía, estaba con la cabeza en mi disco y al final no la mandé. Componer para otros es algo que me apetece, pero luego cuando me pongo lo hago tan mío que no sé si tiene sentido que lo cante otro, y acabo un poco desmotivado.

"Llevo más de media vida con el pelo largo pero, cuando me lo corte, todo seguirá igual"

Así que eres un poco egoísta con tu talento…
No, en absoluto, porque me gustaría mucho. Es que lo hago y no me da la sensación de que sea versátil como para que lo interpreten otros. Ahora sí he hecho una canción para alguien más mainstream, no sé si saldrá… No lo puedo decir aún, pero es mundo OT.

¿Para Aitana? Le pega todo.
Molaría. La que hice para Eurovisión era para Aitana. Pero no la acabé…

¿Cuántos ukeleles tienes en tu casa?
Solo cuatro. Lo toco en directo pero tampoco es súper fetiche. En realidad compongo con guitarra y con teclado.

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Mahou

Estamos en Esquire y no podemos obviar temas más profundos… ¿Cómo cuidas ese pelazo?
¡No hago nada! A los 9 años quise dejármelo largo y mi madre me dijo que esperara a los 14. A los 14 empezó a crecer, así que llevo más de media vida con el pelo largo. Pero, cuando me lo corte, todo seguirá igual. Para mí no hay drama con eso.

Sería buena campaña de marketing para lanzar un nuevo disco…
Eso sí, aunque sería demasiado evidente.