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Puede que Ted Lasso solo haya sido la excepción a la regla que nos dice que ficción y deporte no se llevan muy bien. Más allá de la reciente serie de Apple Tv o de la saga cinematográfica Rocky, cuesta entender por qué hay tan pocos buenos ejemplos de deporte ficticio. Eso, por supuesto, si hablamos de live-action, de acción real. El anime, sin embargo, es otro mundo, también para esto.
Las distintas personalidades de los compañeros, la mentalidad en los momentos clave, la dilatación del tiempo en los instantes de máxima tensión, la intriga por el resultado, las amistades que se crean y se destruyen, las estrategias de superación, las ideas que lo cambian todo... El deporte esté lleno de caramelitos para la creación de una buena serie deportiva y, sin embargo, casi todo cae en saco roto si no hablamos del mundo del anime.
Muchos no habrán parado de pensar durante estas líneas en Oliver y Benji (Campeones/ Captain Tsubasa), serie deportiva que marcó la infancia de varias generaciones con su fútbol de fantasía y su continúa hipérbole deportiva. Pero lo cierto es que hay mejores ejemplos. En cuanto a clásicos podríamos irnos al baloncesto de Slam Dunk, mítico anime de los 90, o recurrir al anime del manga más vendido en 2023, Blue Lock, de nuevo futbolístico.
Sin embargo, si tuviésemos que elegir solo una serie, una única historia deportiva televisiva con la que vivir lo mejor del deporte, esa sería Haikyuu: Los ases del voley. Puede que tenga el nombre más raro de todas, y encima vaya de voleibol, un deporte cuya popularidad palidece en comparación con la del fútbol o el baloncesto. Todo eso es cierto, pero solo hay que ver el primer capítulo de los 85 (solo de 20 minutos) que componen las 4 temporadas de Haikyuu para tirar los prejuicios por la borda.
Su fama es merecida y su desarrollo, impecable. Todo gira alrededor de un club de instituto, el Karasuno, y su viaje para cohesionar un grupo de jugadores que les devuelva su pasada gloria y los lleve al campeonato nacional. Puede resultar algo estúpido, habrá más de una vez que intentemos rebajar nuestra propia euforia recordando que solo estamos viendo un torneo de alumnos de secundaria, pero lo cierto es que cuesta pensar en un evento deportivo que te haga vibrar más que los mejores momentos de Haikyuu.
Disponible tanto en Netflix como en Amazon Prime Video al completo, no se nos ocurre una mejor recomendación de serie para vibrar con capítulos de 20 minutos en torno a la esencia misma del deporte. Cada instante es épico, encantador, gracioso, emotivo y guarda una gran reflexión sobre cada una de las aristas del deporte, desde el ruido del público hasta la mirada cansada del compañero.
Lo único malo, eso sí, es que Haikyuu todavía no ha terminado su camino, lo hará con dos películas que podrán fin a la historia de Hinata, Kageyama y compañía. La primera de ellas, Haikyuu!! la batalla del basurero, llegará a los cines españoles el próximo 31 de mayo. Vamos, que el momento es ideal para comenzar uno de los mejores animes de la pasada década (2014-2020) y, de paso, poder vivir al fin esa euforia deportiva a través de nuestra serie favorita.
