Fortnite se ha convertido en un auténtico fenómeno social. Pero como sucede algunas veces tras estos casos de éxito, no es todo de color de rosa. Según se ha sabido hoy, el ritmo de trabajo que han llevado los programadores del juego ha sido cuando menos agobiante, con medias de 70 horas de trabajo semanales. Incluso, ha habido caso donde se han dedicado 100 horas a la semana. Una auténtica locura que nos da una buena idea del ritmo que se vive muchas veces en una industria tan exitosa como es la de los videojuegos, pero que muchas veces, y precisamente por ese éxito, se vive una presión tremenda.

Según un artículo del portal norteamericano Polygon, para cuya elaboración han hablado con una docena de desarrolladores anónimos de Epic Games, la creadora de Fortnite, detrás del éxito del juego hay un nuevo caso de "crunch", el término que define el uso abusivo de las horas extra. Según estos trabajadores, esas maratonianas jornadas de trabajo ha provocado momentos de extrema tensión en algunos departamentos de la compañía, un ambiente de trabajo hostil, y un exceso de horas extra que, aunque no estaban obligados a realizar, era algo que la empresa esperaba de ellos y que acabaron siendo motivo de despido para aquellos que no querían o no aguantaban ese agotador ritmo.

"Trabajo un promedio de 70 horas a la semana", dice uno de los desarrolladores consultados. "Probablemente hay al menos 50 o incluso 100 personas más en Epic trabajando esas horas. Conozco gente que hace semanas de 100 horas. La compañía nos da un tiempo libre ilimitado, pero es casi imposible disfrutarlo. Si me tomo un descanso, la carga de trabajo recae en otras personas, y nadie quiere ser ese la persona que haga eso".

"El mayor problema es que estamos actualizando el juego en todo momento". Los ejecutivos quieren prolongar el éxito de Fortnite todo lo posible", dice otra de las fuentes consultadas por Polygon.

La compañía se defiende diciendo que situaciones así son raras, aunque admiten que algunos trabajadores hacen jornadas de trabajo muy largas. Según un representante de Epic Games: "La gente está trabajando muy duro en Fortnite y otros juegos de Epic. Las situaciones extremas, como las semanas laborales de 100 horas, son increíblemente raras, y en esos casos, buscamos remediarlas de inmediato para evitar que se conviertan en una costumbre".

Pero según los trabajadores, eso no sucede: "Todo se tiene que hacer de inmediato. No se nos permite perder el tiempo en otra cosa. Si algo está mal no podemos solucionarlo en el siguiente parche, tiene que arreglarse de forma inmediata. Y, mientras tanto, tenemos que estar trabajando en la actualización de la semana siguiente. Es algo brutal".

Y aunque parece que no es obligatorio, y que las horas extra se pagan muy bien, es una especie de estrategia para seguir con el ritmo frenético: "La mayoría de empleados no tiene problemas con el trabajo extra, sobre todo si pagan tres veces tu sueldo en bonus. Pero mucha gente se va. Llegan teniendo claro que se van a quedar aquí hasta acumular cuatro pagas de bonus, y luego se van", dice uno de los trabajadores.

Quizás las mejores palabras para resumir la situación son las que dice otro de los consultados: "Apenas duermo. Estoy irascible en casa. No tengo energía para salir. Conseguir un fin de semana sin trabajo es un triunfo. Si me tomo un sábado libre, me siento culpable. No me obligan a trabajar de esta manera, pero si no lo hago, el trabajo no se hará".

Lo dicho, una historia de éxito con una parte oscura para replantearse muchas cosas.