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Cualquiera que escucha habitualmente a Henar Álvarez (Madrid, 1984) en sus pódcast o en sus espectáculos, conoce bien esa verborrea chispeante y combativa –no siempre voluntaria, como verás a continuación– que parece poseerla cada vez que está delante de un micrófono. Lo sorprendente y estimulante es que esa gracia innata, genial para muchos, incómoda para otros, se combina con otro talento cuando se sienta a escribir: el de profundizar en las miserias humanas que todos tratamos de ocultar en nuestro día a día, pero que ella es capaz de exponer y diseccionar sin filtros y sin culpa.

Eso es lo que palpita en su primera novela, Ansia (editorial Planeta), la historia de una escritora que se siente como una aproximación femenina a ese arquetipo del 'escritor maldito' que maneja las palabras con maestría pero que conduce su vida sin frenos siempre al borde del desastre. Caiga quien caiga. Un libro que es un superventas desde su lanzamiento que no es en absoluto un manual de feminismo bienpensante, sino un espejo por momentos muy turbio en el que chocan fuertes conflictos morales. De hecho, la escritora en la ficción se queja de que se tilde su obra de "necesaria" y odia que le pregunten si cree a que los hombres les gustaría su novela. Vamos a empezar la entrevista sin frenos también.

"Me importa una mierda si mi libro le gusta a los hombres, a los escritores nadie les pregunta si creen que sus novelas le van a gustar a las mujeres"

Editorial Planeta Ansia

Ansia

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Crédito: Amazon

Tu novela me ha parecido súper necesaria… ¿Crees que le va a gustar a los hombres?
(Risas) Me importa una mierda, como dice la protagonista del libro. Me da exactamente igual si le gusta a los hombres. Es que es verdad que a los tíos nadie les pregunta si creen que sus novelas le van a gustar a las mujeres. Creo que se quedarían bocas. Y sobre si es necesaria, comulgo con el speech que se marca la protagonista: necesarias son las instrucciones del Ikea, la nómina al final de mes… Un libro no puede ser necesario, tiene que ser otra cosa.

Se nota que has releído mucho tu libro.
Soy súper perfeccionista, me lo he leído 25 veces y me lo sé de memoria. Pienso que a la cultura en general que hacemos las mujeres se le mide por unos parámetros que no deberían de ser. Cuando el feminismo no estaba tan arriba en nuestras vidas, tenía que gustarle a los hombres para que pudiese ser relevante o tener prestigio; de ahí hemos pasado ahora a la pregunta de si tu obra es feminista, si tu canción de Eurovisión es feminista… Pues es que a lo mejor no lo es, ¡y qué más da! La gente no tiene que pretender que todas las creaciones sean manuales de conducta. No, no, no. Que yo soy feminista, está clarísimo, pero cuando escribo lo hago para otra cosa. A mí, como se ve en Ansia, me encanta todo lo turbio y lo sucio del ser humano, la parte que escondemos todos. Todos. Si la gente viera por ejemplo las cosas con las que nos masturbamos, no se podría soportar. Eso es lo que me interesa, no estoy pensando en si hago bien o mal, en si el personaje hace bien o mal, porque nadie se comporta como es de verdad cuando se siente juzgado. Cuando escribes no le puedes hacer eso a tus personajes. Si los juzgas, los condenas y sale una basura.

"Picasso y Hitchcock eran unos desgraciados, pero no se puede hablar de eso porque 'eran unos genios'. Pues yo he querido hacer lo mismo con mi protagonista"
henar Álvarez en esquire
Javier Ocaña

Para ser como un buen escritor machote, ¿no deberías haber tenido un negro?
No. Ella que es una persona muy imperfecta y contradictoria, una jeta y una narcisista que no asume sus actos, lo que la salva es que tiene un talento de locos.

Nota para el lector: cada vez que en esta entrevista Henar hable de “ella” refiriéndose a la protagonista, está hablando de sí misma.
¡No! Hablo de la protagonista. Y esto lo hice a posta porque llevamos mucho tiempo con la pregunta de “¿se puede separar la obra del autor?”. Picasso era un desgraciado, Hitchcock también… pero no se puede hablar de eso porque “eran unos genios”. Pues yo he querido hacer lo mismo con mi protagonista: es una persona normal y a veces una hija de la gran puta, pero le salva que tiene muchísimo talento. Es de nuevo ir viendo que hay cosas que todavía nos penalizan como mujeres, como es la sexualidad, que es el arma arrojadiza que te tiran todo el rato a la cara. Y hay otras que van cambiando y podemos adoptar patrones de conducta humanos. No de hombres, de humanos. Ya estamos conviviendo en esa mezcla en la que hemos avanzado un montón y hay cosas con las que ya puedes tirar por el carril de en medio; sin embargo, hay cositas como el tema de nuestra sexualidad que te la siguen arrojando y entonces volvemos al punto de partida.

De hecho hay acciones de la protagonista que son tremendamente discutibles, sobre todo hacia el final de la novela. ¿Esa amoralidad te atrae?
Claro. Ahora se lleva mucho buscar cosas que nos den la razón sobre lo que ya pensamos, porque da mucho gusto, pero las historias que me interesan de verdad, las de una película que vuelvo a ver, las de un libro que regalo a quien aprecio, están en obras que hacen que me mire en un espejo incómodo, que me enfrentan a mis errores, que me hacen sentir más acompañada porque me quitan la culpa o que me tambalean los pilares que creía inamovibles.

"El karma una engañifa para mantener a la gente controlada"

¿O que te hagan identificarte con alguien moralmente reprobable?
Ese tema también está en el libro. ¿Qué es moralmente reprobable? Para mí, el bien y el mal son construcciones sociales. Lo que estaba bien hace 20 años, ahora está mal, y seguramente dentro de 20 este juego vuelva a pasar. O lo que está bien hoy aquí, en otro lado del mundo no lo está. Y tampoco se puede juzgar sin contexto. ¿Está mal matar a alguien? ¿Y en defensa propia? Por eso también hago muchos flashbacks de la mochila que lleva el personaje para contextualizar cómo hemos llegado hasta aquí, hasta este hartazgo y a este tirar por la calle de en medio arrasando con todo. Porque llevo mucho a mis espaldas, macho.

La novela está también atravesada por una idea del karma bastante turbia y cañera. ¿Qué piensas del karma?
Que es una engañifa para mantener a la gente controlada. “Si haces el bien, te va a ir bien”. Bueno, en el mundo de la piruleta a lo mejor sí, pero en el mundo real no veo que sea así. La experiencia me dice algo muy diferente. Que un objetivo no se consigue siendo una hermanita de la caridad, lo pienso sinceramente. Y más en mundos como el de los medios de comunicación. Es que la vida no es así. Especialmente para las mujeres. Por eso quería hacer este juego en el que la protagonista se pudiera comportar de manera humana, que es lo que se suele llamar “comportarse como un hombre”. No, que es como un ser humano, pero como nos han vendido lo masculino como lo neutro… Y descargarse esa culpa. En la trama, cuando ella hace alguna acción que no está bien, le pasan cosas buenas. ¿Es una fumada de ella? ¿Pasa de verdad? Queda a la interpretación del lector. Yo lo utilicé como una herramienta para descargar la culpa: “No sientas culpa, tía, que Dios está de tu lado. Tira, cariño”.

Tengo la sensación de que uno de los motores de tu novela, y también de tu carrera artística, es incomodar a cierto tipo de personas. ¿Confirmas?
Te juro que no. Sí que llega un momento en que, o te la suda, o dejas de hacerlo… Pero de verdad que no. El personaje es una tía súper arrogante y sí tiene esa cosa de tirar para adelante y a quien no le guste, que se joda, pero es el carácter que diseñé para ella. Pero yo no. Ojalá pudiéramos hablar de cosas normales sin que nadie se sintiera atacado.

¿No crees que hay personas que merecen ser incomodadas?
Sí, pero no es mi objetivo. Si alguien se siente así, pues un beso para ti, crack, qué le vamos a hacer. Pero te digo de verdad que no es un objetivo, primero porque no pienso en esa gente cuando escribo. Ni en mis programas, ni en mis monólogos, ni en mi libro. Yo pienso en la gente a la que le gusta mi trabajo, en que ojalá les remueva. Lo otro es un daño colateral, también hacia mí.

"Muchas veces me perciben como si fuese yo Simone de Beauvoir tirando tampones mojados y yo solamente estoy hablando de mi domingo"
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¿Puede ser que se te utilice como punta de lanza de diversas causas, que muchas personas colocan en ti la responsabilidad de provocar esa incomodidad?
No lo había pensado, no creo tener esa sensación. Yo me siento muy libre. Hago lo que quiero. Es verdad que las cosas que más se viralizan muchas veces tienen que ver con eso, hasta ‘la chochoctora’ se la han tomado como algo de rollo feminista y activista. A lo que voy es que hay muchas veces que simplemente estoy hablando de mi vida, de lo que me atraviesa, de mi punto de vista, y se percibe como si fuese yo Simone de Beauvoir tirando tampones mojados, ¿sabes? Y yo solamente estoy hablando de mi domingo. Como no están acostumbrados a escuchar hablar del mundo desde el punto de vista femenino, porque siempre se ha hecho neutro lo masculino, de repente resulta subversivo. De verdad, mi vida, te estoy hablando de mi domingo, nada más, si tú lo quieres ver como que me estoy sacando las tetas en primera línea de la manifestación del 8-M, me parece genial, pero no era eso.

Estando a tu lado se nota enseguida cuando se activa la Henar cómica, hay un click en el que se aprecia cómo te vienen las ideas y la gracia a borbotones. ¿La Henar escritora es diferente?
Yo creía que sí pero resulta que no, porque lo primero que me ha dicho cada persona que se ha leído el libro es “me he descojonado”. Ahora lo veo guay, pero las primeras veces era como “¿Te has reído? Si no tiene ni puta gracia, que es súper trágico…”. Ha sido involuntario, así que supongo que el estilo está ahí, haga lo que haga tiene lógica que mi impronta esté ahí.

"Con escritores a los que admiro como Henry Miller hay un proceso de decepción cuando te das cuentan de que te odian. De que solo te querrían para follar, y hasta los 25 años, como DiCaprio"

Esa parte más trágica se toca a veces con el estilo de un escritor al que se nombra en la novela, Houellebecq. ¿Puede ser que, aunque se lo ponga como ejemplo de un escritor machista y desfasado, hay también un punto de identificación?
Claro que sí. El personaje lo confirma: “Quizá si reparé en todas estas cucharachas es porque yo siempre he sido una de ellas”. A ella le gustaban estas personas y se identificaba con sus personajes, lo que le jodió es cuando abrió los ojos y vio que no tenía cabida allí. Que no cuentan con las mujeres como si fuesen personas. Que nos detestarían, no nos querrían como compañeras, nos cerrarían puertas. Sí que hay muchas cosas escritas a posta pensando en cómo escribían ellos, sobre todo Henry Miller es uno de los que está más presente.

¿Qué te provoca ese tipo de literatura de enorme calidad pero que ve a la mitad de la humanidad como seres inferiores?
A mí Henry Miller me encanta y esa literatura me flipa. Lo que pasa es que cuando se te abren los ojos, y creo que eso lo vivimos todas las mujeres, hay un proceso de decepción porque te das cuenta de que no es que yo no me pueda identificar contigo, es que estoy cien por cien segura de que tú me odias. Hostia, que yo he estado idolatrando, adorando, leyendo una y otra vez, a gente a la que le perturba mi existencia. Que seguramente solo me querrían para follar conmigo. Y hasta los 25 años, como Leonardo DiCaprio. Y después sería invisible para ellos, no querrían tener ningún tipo de relación conmigo y, por supuesto, jamás valorarían nada que tenga que ver con la vida intelectual. Cuando esto sucede, de repente sientes que te clavan un puñal en el pecho. Me acuerdo por ejemplo de las definiciones que tenía Henry Miller en Sexus hablando de cuando se obsesionaba con mujeres, y era algo que me encantaba. Y me encanta. Pero da rabia.

"Si hubiesen páginas porno donde todas esas cosas que se nos hacen a las mujeres se hiciesen con animales, con hombres o con ancianos, se chaparían de manera inmediata"

La escritora de la novela también tiene una relación turbia con el sexo y por ejemplo recurre al porno más abominable. ¿Cuál es tu visión sobre el porno?
Lo veo con preocupación absoluta. Tengo un hijo de 7 años y ya hay un montón de encuestas que dicen que el primer contacto que tienen los niños con la pornografía es con 8 años, que es cuando se les está creando el deseo. Tú entras en cualquier página web gratuita y lo primero que ves son todo vejaciones hacia las mujeres. Pensar que mi hijo con 8 años va a ver eso cuando ni siquiera se ha dado un beso, me parece aterrador. La relación que puede llegar a desarrollar con la sexualidad y con las mujeres me da un pánico que no sé ni cómo enfrentarlo. Creo que si hubiesen páginas gratuitas donde todas esas cosas que se nos hacen a las mujeres se hiciesen con animales, o con hombres, o con ancianos, se chaparían de manera inmediata. Tendrán que ponerse la pila los políticos porque evidentemente algo hay que hacer.

El personaje también tiene una relación con la mentira digamos que fluida. Cordial. ¿Cómo es la tuya?
Lo veo cordial, como dices. La mentira juega un papel importantísimo en la sociedad, el de mantener la concordia. Si la gente fuera por ahí diciendo la verdad todo el rato, no podríamos vivir. A mí no me molesta cuando la gente me miente. Esta frase de “yo lo que más odio es la mentira”, pues chica, no hay cosas para odiar. O “me molesta sobre todo que me mientan en cosas pequeñas”, chica, al revés, prefiero que en lo gordo no me mientas, pero en cosas pequeñas puede ser mucho mejor para ti y para mí. En plan mentir con una excusa de por qué has llegado tarde, me parece más práctico, no perdemos el tiempo en esto.

La novela hace un retrato muy mordaz de un tipo de fama media…
El que tengo yo.

Bueno, yo diría que ya estás en zona alta. Pero quizá hasta hace un año sí estabas en fama media, que es una zona con algunas miserias muy ricas para analizar. Un ejemplo: ¿te has sentido profundamente absurda en algún photocall?
En todos. Salvo cuando son de cosas que me competen de verdad, por una amiga que presente algo o yo estrene en un sitio. No te creas que son ambientes que a mí me agraden especialmente.

¿Y qué hay de las pequeñas miserias del mundo editorial?
Mira, la protagonista al principio era pintora pero la convertí en escritora. Y realmente he volcado las cosas del mundo audiovisual, que es en el que yo me muevo. Mis editoras me preguntaban “¿cómo conoces tanto el mundo editorial?”, y es que en todos los mundos creativos las dinámicas son exactamente las mismas. No tiene misterio.

"Nadie que ha probado el poder quiere salir de ahí. Absolutamente nadie. Pero si es una mujer tiene más penalizaciones"
henar Álvarez y su novela ansia
Javier Ocaña

Terminemos con las dinámicas de poder, que están muy presentes en todo el libro. ¿La clásica erótica del poder es más fuerte como atracción hacia al poderoso o cuando tú eres el poderoso que ejerce el dominio, como en la novela? ¿Te ha tentado alguna vez?
Como a todo el mundo. A las mujeres siempre nos han metido en la cabeza que tenemos que ser sumisas y acaba siendo un poco tu zona de confort. O en el caso del personaje, ella tiene el control en una relación con un chico más joven y, cuando este le deja, le duele tanto en el ego que busca al primero que pasa para volver a sentirse deseada, le vale cualquiera, aunque pueda hacerse trenzas con los pelos de la nariz. Ahí hay otra cosa: siento que a las mujeres nos intentan mellar la autoestima desde que nacemos porque, si la tienes en el suelo, es mucho más fácil manejarte. Va a parecer que lo haces desde tu libertad, pero es mentira, lo haces porque tienes la autoestima rota. Cuando ella se va recomponiendo, llegan las consecuencias. Y, evidentemente, cuando cualquier persona prueba el poder… ¿quién quiere salirse de ahí? Absolutamente nadie. Pero una mujer tiene más penalizaciones.