7 yates que nos compraríamos si fuésemos asquerosamente ricos

Diseño italiano y estilo futurista montado sobre casi 17 metros de eslora, el Azimut 55 Fly alcanza los 31 nudos. Dentro, tres camarotes, una sala de estar acristalada, una cocina equipada y tres aseos, también con aire italiano, y dos terrazas semicubiertas. Y este es, de todo el ranking, el más discretito.

Inspirado en las líneas y colores de aquellos años cincuenta y sesenta estadounidenses, Absolute Navetta 58 es un barco familiar que, a pesar de no ser tan largo como otros de esta lista, sí es capaz de acoger hasta a 14 personas gracias a sus tres alturas.

Otra de las novedades que robaron las miradas en el Boot Düsseldorf. El Solaris 68 es un velero aparentemente discreto de 21 metros de eslora y que se distribuye en cuatro camarotes. Aunque destaca por su potencia a la hora de regalar grandes experiencias en la mar; es el fruto de más de 40 años de dedicación de sus fabricantes, la firma italiana Solaris.

Un súper yate de más de 72 metros de largo. El Progetto Bolide Concept es contundente por fuera y fino por dentro, además de provisto de las últimas tecnologías en cada rincón. Destaca, por ejemplo, su bodega, su piscina exterior y, sobre todo, su dormitorio principal, una suerte de apartamento independiente con salón, sala de fitness, spa privado y una enorme claraboya sobre la cama.

Está hecho a la carta y, con este nombre, no puede ser otra cosa que un tributo a Batman, que hubiera encontrado en este The Gotham Project el sustituto marítimo del batmóvil. Mide 46 metros y, además de bodega, gimnasio y diez estancias privadas –cinco principales y cinco para la tripulación–, tiene todos los caprichos conocidos sobre la faz de la tierra, fruto de la inversión de más de 30 millones de euros que su comprador ha pagado por él.

Insultantemente grande, el MESD 100 Concept es capaz de acoger una piscina de 7 metros de largo en su popa, abrigada por un bar más grande de los que seguro has pisado en tierra firme. Por tener, tiene hasta un helipuerto en su proa. Prácticamente incomparable con cualquier otro barco de recreo.

101 metros de largo, abrazadas por una escalera doble para subir a la cubierta superior, helipuerto y un diseño que pretende recordar a de un volcán en erupción. No en vano, Mauna Kea es el nombre de una falla volcánica inactiva de Hawaii.