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El mejor vodka para tener en casa: cinco botellas de culto que además tienen descuento en Black Friday
Es la bebida con alcohol más popular del mundo, aunque en España le han echado del podio el whisky, el ron y la ginebra. Si pruebas estos vodkas, por ejemplo en versión Moscow Mule, a lo mejor te replanteas su puesto.
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Esta vez sí que nos vamos a un básico en toda regla: el vodka. No cualquiera, el mejor vodka. Por si no lo sabéis, el vodka se produce a través de la fermentación de cereales o de otros vegetales ricos en almidón como la patata o la remolacha. Aunque muy vinculada a los rusos, la primera vez que aparece esta bebida en un documento, en 1405, es en la ciudad de Sandomierz, lo que ahora correspondería a Polonia. Más de un siglo después, año 1533, consta escrita en cirílico para referirse a una especie de bebida medicinal polaca que, parece ser, resucitaba a un muerto.
En cualquier caso, su consumo original se extendía por Europa del este, más la del norte, en donde necesitaban una bebida de alta graduación para que no se les congelara por el camino. Tú, esquirer, es que fíjate la vida que llevaba esta gente.
Ahora el vodka es la bebida alcohólica más popular del mundo. En España esto extraña porque aquí no es tan popular, nuestro pódium de destilados lo encabeza el whisky seguido del ron y la ginebra. Nos gustan las bebidas con más sabor. Y es que una de las características que, en la actualidad, más se valora en un buen vodka es su neutralidad, lo cual puede ser chocante, tampoco esto quiere decir que el mejor sea aquel que más se parezca al agua con alcohol, no todo en el espectro organoléptico son los sabores evidentes, aquí se valora lo sutil, lo cual para un destilado que no lleva ningún tipo de contacto con crianza en madera no debería resultar difícil de conseguir.
Pero al igual que el agua tiene diferentes sabores, eso de que es insípida es solo en la teoría, y no todas nos gustan por igual, pues el vodka puede tener más misterio del que al principio podría parecer. Por ello hoy vengo con cinco botellas del mejor vodka muy recomendables, cada una de un país, con la salvedad, por si sois antibelicistas, de que no he incluido ninguno ruso.
Empiezo con el mayor vodka-icono pop del planeta. Podemos discutir si este o Smirnoff es más famoso, pero lo que está fuera de toda duda es que Absolut es una maravilla en cuanto a diseño de botella, tipografía, campañas de publicidad y ediciones limitadas. Si yo tuviera que enviar una caja de bebida al espacio sin duda una botella sería la de esta marca sueca responsable, por cierto, de mi primera melopea. En cuanto a calidad no es que es este vodka de trigo sea excelso, pero sí correcto… y es que es tan bonita la botella…
Sigo con otro vodka de trigo, pero en este caso holandés o, como creo que hay que decir ahora, de Países Bajos. Recordemos, por el capítulo de la ginebra que esta gente es experta en destilar. Su curioso nombre es un homenaje a su alambique de cobre original conocido como Distilleerketel nº 1. Si bien la destilería es centenaria, data de 1691, este vodka no lo es tanto dado que el primer Ketel One salió a la venta en 1983, vamos que yo soy más mayor (aunque no lo parezca). A mí me gusta especialmente en un Vodkatini gélido. De estos me puedo apretar unos cuantos antes de comer. Tengo muchos problemas, sí, pero ¿quién no?
Ahora impactamos de lleno en el universo de los vodkas pijos y cómo no, inicio este camino de decadencia en el país epicentro de estos sucesos: Francia. Y es que, no os lo perdáis, pero esta bebida procede de la destilación de uvas también francesas, en concreto cinco destilaciones que hacen de este vodka uno de los más cítricos que conozco. Vamos que si os marcáis un Vodka Tonic os podéis ahorrar la lima o el limón.
Regresamos al origen, Polonia, con mi marca de vodka favorita: Belvedere. Como su gama es de lo más nutrida, aquí traigo una de sus colecciones exclusivas: Heritage 176. La gracia de Heritage es que al centeno origen de esta bebida se le aplica fuego antes de la destilación lo que, además de ser una homenaje a la tradición polaca, hace que el vodka gane en matices tostados, lo que viene a demostrar que eso de la neutralidad de esta bebida tiene más que ver con su industrialización que con su acervo.
Por cierto, si alguien por ahí se está preguntando, por lo que sea, ¿cuál es el vodka más caro que existe? La respuesta es Belvedere 10 que solo se vende en discotecas y similares a unos 1.000 euros la pieza y en alguna exclusiva tienda a algo más de 250 euros.
Y cierro esta internacional ruta del vodka saltando de continente hasta el norte de Japón, a Asahikawa, ciudad famosa por su sake. También a base de cereales y agua de Hokkaido aquí la japonesidad reside en que se filtra, en concreto cuatro veces, con arena y carbón como se hace en este país con otras bebidas alcohólicas. A mí Eiko me gusta tomarlo en forma de Moscow Mule, con lima y ginger beer, lo que hace que sea un Asahikawa Mule lo que le da un punto más sofisticado. Pertecto cocktail para una cita Tinder, a poco que se te dé bien la mixology se viene ayuntamiento carnal. De nada.
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