¿Te gustan los pueblos medievales? ¿Te apetece viajar a la ciudad más pequeña de España? ¿Te atreves a cruzar un puente con una torre donde en su día cobraban por pasar? Si has respondido que sí a estas preguntas, entonces tienes que visitar Frías, un pueblo de Burgos que te transportará al pasado con su encanto y su belleza. Si estás ya con la vista puesta en hacer alguna escapada esta primavera de 2024, puede ser una gran opción para un viaje de uno o dos días.

Frías está en el norte de Burgos, en Castilla y León, y tiene el título de ciudad desde 1435, gracias al rey Juan II. Además, forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España y de la Mancomunidad Raíces de Castilla, junto con Oña y Poza de la Sal. Frías se sitúa sobre el cerro de La Muela, junto al río Ebro, y tiene un conjunto histórico-artístico que te dejará boquiabierto.

Este pueblo se fundó en el siglo IX, cuando se repobló la zona tras la reconquista a los musulmanes. En el siglo XI, el conde Sancho García, conocido como "el de los buenos fueros", compró la villa y la integró en el reino de Pamplona. En el siglo XII, el rey Alfonso VIII le dio el Fuero de Logroño, que le dio más libertad y riqueza. En el siglo XIV, se construyó una torre sobre el puente medieval para cobrar el pontazgo a los viajeros.

El casco antiguo de Frías conserva su trazado medieval y su ambiente histórico. Puedes pasear por sus calles de piedra y ver sus casas con escudos heráldicos, sus rincones bonitos y sus monumentos. Entre ellos están el ayuntamiento, el rollo jurisdiccional (donde se castigaba a los malos), la ermita de Santa María de la Hoz (donde hay una virgen muy antigua) y el convento de San Francisco (donde hay un museo).

¿Qué más cosas puedes ver en Frías? Pues muchas e interesantes, como el puente medieval que hemos mencionado antes sobre el río Ebro, que es muy largo (143 metros) y tiene nueve arcos. Fue construido en el siglo XIII y lo reformaron en el XVIII. Sobre él hay una torre defensiva del siglo XIV, que servía para controlar el paso y cobrar impuestos. No te preocupes, ahora no te cobran nada por cruzar, pero ten cuidado con las alturas.

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También tienes que visitar las casas colgadas, que son unas viviendas muy curiosas que se apoyan sobre la roca del cerro y se extienden por la ladera. Están hechas con madera y piedra, y tienen balcones que sobresalen y dan al valle. Algunas son del siglo XV y mantienen su aspecto original.

Por supuesto, no puedes dejar de visitar el castillo, una fortaleza del siglo XII que está en lo alto del cerro. Tiene una forma irregular y está rodeado por una muralla con aspilleras, que son agujeros para disparar flechas. Dentro puedes ver el patio de armas, la torre del homenaje, la capilla y las mazmorras. Desde arriba puedes ver todo el pueblo y el paisaje natural.

Por último, no te pierdas la iglesia de San Vicente, que es una iglesia gótica del siglo XIII que está en la plaza mayor. Tiene una nave única con capillas laterales y un ábside con muchas caras. Lo que más llama la atención es su entrada con forma de arco y con muchos adornos y su torre campanario con cuatro pisos.

    Frías es un pueblo que vale la pena visitar por su patrimonio cultural, su encanto rural y su entorno natural. Además, puedes aprovechar para conocer otros sitios cercanos como las ermitas y cascadas de Tobera, maravillas naturales como el valle de Tobalina o el parque natural de Montes Obarenes-San Zadornil. Frías es una joya medieval que no te puedes perder si viajas por Burgos. Ya tienes destino para cuando tengas unos días libres.