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Cuando Michael Keaton protagonizó Birdman rozó el Oscar junto a Emma Stone. La película, eso sí, le dio a Iñárritu el premio a Mejor Director y a Mejor Película. Pero más allá del plano secuencia eterno o la fotografía de Lubezki, la cinta se convirtió en una genial torta al cine de superhéroes que por entonces vivía su época más dorada, sin el menor atisbo de sombra o desgaste. La razón era su protagonista, Michael Keaton, que encarnaba a alguien muy parecido a él, un actor incapaz de desprenderse de su papel como superhéroe. no era difícil captar el mensaje, y quedó como una brutal queja sobre lo cruel que es Hollywood encasillando a actores en un papel durante décadas.
La película significó una revitalización de la carrera de Michael Keaton (poco después triunfaría, por ejemplo, con Spotlight) y parecía que, al contrario que su personaje, el Batman de los 90 había quedado atrás. El problema es que Hollywood es bastante brutal, y esa cresta de la ola no le duró mucho a un Keaton que no tardó en volver a su icónico Hombre Murciélago para colaborar nada menos que en uno de los clavos en el ataúd del Snyderverse en DC. Hablamos, por supuesto, de The Flash y de su papel como Batman de un universo alternativo. Una idea con cierta gracia si no la hubiese hecho la competencia bastante mejor poco antes como Spider-Man: No Way Home. Y claro, con el cheque cobrado Keaton tendrá que volver a aguantar cosas como la que vivió ayer en la gala de los Oscar.
Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito, grandes amigos, aparecieron juntos para revivir la mítica pareja de Los gemelos golpean dos veces. La broma podía haber quedado ahí, y es que ver a estos dos juntos ya es en sí mismo un chiste. Pero no, alguien en el departamento de guion se debió de dar cuenta de que ambos, además de gemelos, habían encarnado a dos villanos de Batman. DeVito encarnó a El pingüino en la segunda película de Keaton como hombre murciélago, pero la verdad es que este y Schwarzenegger ni se cruzaron. El austriaco interpretó a Sr. Frío en Batman y Robin frente al Hombre Murciélago de George Clooney. Pero allí que estaba Keaton, solo para ser el Batman de la broma.
Por supuesto, entendemos que el visible cabreo de Keaton en cámara era una broma, una mera interpretación para seguirle el juego a sus compañeros. Pero no podemos dejar de pensar que Keaton también estaba recordando lo que logró en 2014 con Birdman tras décadas de lucha, y que solo 10 años después ha vuelto a cometer el mismo error. Esta vez será más difícil que Iñárritu acuda al rescate.
