Christopher Nolan ha estado a la cabeza de todas las predicciones para ganar el premio Oscar a Mejor Director en 2024 desde que recibió el Globo de Oro por Oppenheimer. Sin embargo esto no era necesariamente bueno. Y, sobre todo, no era indicativo de que fuese a ganar el galardón. Básicamente porque genera una expectativa que puede ser irreal, al margen de las posibilidades del director, nominado antes en esta categoría solo en una ocasión por Dunkerque. El camino no ha estado tan despejado como parece pero al final ha habido final feliz.

En 2018, Christopher Nolan perdió contra Guillermo del Toro y La forma del agua. Ese año también estaba nominada Greta Gerwig por Lady Bird y Paul Thomas Anderson por El hilo invisible. La ironía de que Nolan perdiera con Del Toro presentando una película de corte histórico frente a una película de ciencia ficción no se le escapó a nadie. Sobre todo después de que la Academia pasara de largo de Interstellar y Origen (que sí que estuvo nominada a mejor película y mejor guion original en 2011, pero perdió contra El discurso del rey, que... en fin). Es cierto que Oppenheimer arrancaba la temporada de premios (que importan) con un quinteto ganador y las nominaciones a los Oscar apuntaban a Christopher Nolan en tres direcciones: Mejor Director, Mejor Guion Adaptado y Mejor Película (también habían sido nominados Robert Downey Jr y Cillian Murphy en las categorías de Mejor Actor de Reparto y Mejor Actor). Al final, la película se ha hecho con siete premios. Los dos masculinos para sus actores y el de Mejor Director y Mejor Película para el propio Nolan. Cineasta que seguro que también se alegra del reconocimiento a Mejor Fotografía o a Mejor Montaje.

christopher nolan junto a cillian murphy, de espaldas, en el rodaje de la película oppenheimer
Melinda Sue Gordon/Universal Pictures

En la carrera al Oscar a Mejor Director cayeron unos cuantos, empezando por Greta Gerwig y Ridley Scott y su Napoléon. También se dejó de lado a Celine Song, por Vidas pasadas, a Alexander Payne por Los que se quedan, a Blitz Bazawule, con el remake musical de El color púrpura, pero sí entraron dos rivales como Justine Triet por Anatomía de una caída, que se llevo la Palma de Oro en Cannes este año, y Yorgos Lanthimos y sus Pobres Criaturas (sin desmerecer por supuesto a Jonathan Glazer y su La zona de interés). Ahí estaban los obstáculos para Christopher Nolan y eran importantes aunque fuese como favorito. Ganar el Oscar nunca es fácil, y si no que se lo digan a un Scorsese que ha vuelto a ir a la gala para intentar no quedarse dormido mientras no gana nada. Eso sí, nos da un poco de pena que se haya premiado a Nolan justo cuando no hace una película de género.

cillian murphy caracterizado como j robert oppenheimer junto al director christopher nolan durante el rodaje de la película oppenheimer
Melinda Sue Gordon/Universal Pictures

Scorsese, es cierto, tiene un Oscar por Infiltrados, pero, ejem, que un director mayúsculo tenga un premio a Mejor Director por una película así (lo que no quiere decir que sea mala, pero tú ya me entiendes; aunque habría sido peor que se lo hubieran dado por La invención de Hugo) apunta a sesgo por parte de la Academia. Aunque la Academia de 1981 que no quiso premiarle por Toro Salvaje (se lo llevó Robert Redford por Gente corriente) no sea la misma que no le quiso premiar por El lobo de Wall Street (perdió con Alfonso Cuarón por Gravity). La Academia parece que ya le ha dado a Scorsese el Oscar que le quería dar. Aunque no tenga ningún sentido.

Al final todo pasó como se pensaba que iba a pasar. Y eso no es ni bueno ni malo, pero habrá más de un fan de Nolan que esté durmiendo hoy más a gusto de lo habitual.