• Small Axe es un mosaico formado por cinco historias que mezclan realidad y ficción alrededor de la comunidad negra de Londres.
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Mientras seguimos debatiendo sobre si es una serie o una antología de películas, Small Axe ya se ha colocado como la 'ponga-aquí-su-respuesta' imprescindible de este 2021. La firma Steve McQueen, al que recordamos ganar a lo grande en los Oscars con 12 años de esclavitud y mostrarnos el desnudo integral de Michael Fassbender en la fantástica Shame. El director presenta ahora un formato nuevo, con cinco historias independientes que encuentran el nexo común en el retrato de la comunidad negra británica entre los años 60 y mediados de los 80. Es una celebración de las vidas de toda una comunidad golpeada una y otra vez por el racismo que busca poner sobre la mesa un pasado (y no tan pasado) del Reino Unido en la era del Black Lives Matter.

De la increíble música de Lovers Rock y las luchas sociales de Mangrove, que tendrían que haber participado en el Festival de Cannes del año pasado de no haberse cancelado (culpad al COVID-19), a las fascinantes figuras reales que protagonizan Alex Wheatle y Red, white and blue, repasamos las historias que nos trae Small Axe, disponible en España a través de Movistar+.

letitia wright en small axe mangrove
Movistar+ / Small Axe

Mangrove: El restaurante que desató la lucha

Uno de los títulos más aclamados de Small Axe es Mangrove, y también el que tiene posiblemente la historia más reconocible, la que la comunidad negra de Londres recuerda perfectamente, ya sea directa o indirectamente. Todo empezó con la apertura de un nuevo restaurante en el barrio de Notting Hill de Londres, conocido como The Mangrove, en 1968. Pronto el lugar se convirtió en una especie de santuario para los habitantes locales, así como un lugar de encuentro para activistas, intelectuales y artistas de todo tipo. El Mangrove era el local donde todos querían estar.

Como espacio de reunión predilecta para la comunidad negra, la policía les tenía perfectamente fichados, y les sancionaba e irrumpía en el lugar sin justificación. Esos abusos fueron demasiado, y en 1970 la comunidad, liderada por el dueño del restaurante, Frank Crichlow (interpretado por Shaun Parkes), salieron a las calles en una manifestación pacífica. Énfasis en pacífica. Ya nos imaginamos lo que ocurrió: la policía londinense ofreció una respuesta desproporcionada que acabó con con múltiples arrestos de manifestantes, que más tarde tuvieron que enfrentarse a juicios donde se les acusaba de desorden público. Pero ese juicio no quedó en la sombra, sino que fue un caso tremendamente mediático (a los acusados les bautizaron como Los 9 de Mangrove) y se convirtió en el ejemplo del abuso y la discriminación institucional hacia la población negra.

Mangrove cuenta toda esta historia real en clave de drama judicial, al estilo de la reciente El juicio a los 7 de Chicago de Netflix. Sus protagonistas, en consecuencia, son los arrestados reales: el mencionado Crichlow, la líder de los Black Panther británicos, Aletheia Jones-LeCointe (a la que da vida Letitia Wright, que precisamente conocemos como Suri de Black Panther), y los activistas Darcus Howe, Barbara Beese, Rupert Boyce, Rhodan Gordon, Anthony Innis, Rothwell Kentish y Godfrey Millett.

En declaraciones para la BBC, McQueen dijo de Mangrove: "Esta es una historia que crecí conociendo a través de mis padres, mi padre era amigo de uno de los Mangrove Nine. Para mí era crucial que mi coguionista Alastair Siddons y yo pusiéramos todo nuestro esfuerzo en investigar y volver a contar esta historia con la mayor precisión y cuidado posible". Desde luego, fueron unos eventos que marcaron a toda una comunidad en el centro de la capital británica y que, aún hoy, en la era del Black Lives Matter, se antojan relevantes.

john boyega en small axe red white and blue
Movistar+ / Small Axe

Red, white and blue: La historia de Leroy Logan

John Boyega, al que conocimos como Finn en la nueva trilogía de Star Wars, protagoniza el episodio Red, white and blue de Small Axe, que cuenta la historia de Leroy Logan y su experiencia en la policía londinense de los años 80. Junto a historias como Mangrove o Alex Wheatle que representan la lucha en las calles a través del derecho a manifestación, es curioso cómo McQueen busca completar su mosaico con un relato desde una perspectiva diferente.

Así conocemos a Logan, que nació en Jamaica antes de emigrar junto a sus padres hasta Londres, donde se labró una carrera científica como médico forense. Pero sus relaciones con agentes de policía, a los que veía habitualmente en las instalaciones del Royal Free Hospital donde trabajaba, le convencieron de que la organización necesitaba un buen repaso, y debía ser desde dentro. Estaba convencido de que podía marcar la diferencia en la institución, así que dejó su carrera forense y se alistó a las filas de la policía en 1983. Tenía 26 años.

"No entré en la policía para asimilar y adoptar las normas y valores de la organización", dijo en TIME, ahora que ve su historia llevada a la pequeña pantalla. Logan recuerda en en la revista británica insultos racistas constantes, escritos en su taquilla en la comisaría o susurrados en cada encuentro con sus compañeros. Algunos de estos sucesos los vemos en el transcurso de Red, white and blue, que muestra su caso como recordatorio de que aquellos que están contratados para protegernos no siempre lo hacen de manera justa e igualitaria. Que el racismo está bien incrustado dentro de las instituciones y que hace falta personas valientes como Leroy Logan para limpiarlo.

Hay que entender que las relaciones entre la policía y la comunidad negra británica eran desastrosas en aquellos primeros años de la década de los 80, con diferentes manifestaciones acabando en tragedia y abuso. Por eso, que este hombre decidiese pasar al otro lado de esta "guerra" y convencer a otros para que hiciesen lo mismo, empezó a cambiar las cosas. No fue fácil: como vemos en la película, poco después de conseguir su placa, su padre sufrió un ataque racista a manos de sus compañeros y le hizo replantearse sus prioridades. Por suerte, siguió adelante para que ahora encontremos en su vida una historia inspiradora sobre cómo el sistema puede modificarse, poco a poco, desde dentro.

small axe alex wheatle
Movistar+ / Small Axe

Alex Wheatle: Arden las calles de Brixton

Aunque ahora se le conoce como un galardonado escritor y guionista, Alex Wheatle no ha tenido una vida nada fácil. Y eso es lo que vemos en este episodio, que lleva su nombre (y su historia 100% real) dentro de la colección de Small Axe. Nacido en el distrito londinense de Brixton, de padres jamaicanos, Wheatle (interpretado en el filme por Sheyi Cole) vivió toda su infancia y adolescencia a través de las instituciones británicas: del polémico hogar infantil Shirley Oaks (donde sufrió abusos continuados) a un hostal de gente joven en Brixton, una ciudad donde encontró una familia elegida entre la comunidad negra.

Bajo el nombre de Yardman Irie se dedicó a la música reggae, pero pronto las injusticias que se vivían en la sociedad británica, y especialmente en su barrio, fueron insostenibles. "Se estaba volviendo intolerable: era casi como vivir en una ciudad ocupada: te podían arrestar por mirar el escaparate de una zapatería o probarte unos zapatos... Era demasiado opresivo y algo tenía que romperse", recordaba el propio Wheatle en la revista TIME.

Como vemos también en Red, white and blue, los inicios de los años 80 estuvieron marcados por las tensiones entre la policía y la comunidad negra. Fue una época de manifestaciones y violencia, y entre ellas destaca esta revuelta de Brixton en la que Wheatle tomó partido, y que tuvo su origen en la ira provocada por el racismo imperante, los altos niveles de desempleo y la indiferencia de las autoridades hacia tragedias como la muerte de trece jóvenes negros en un incendio tres meses atrás. Pero lo que encendió la mecha fue el acoso a un joven que había sido apuñalado y al que impidieron llegar al hospital. La juventud negra de la zona se reunió rápidamente, los agentes pidieron refuerzos y las protestas empezaron. Duraron un total de tres días, entre el 1o y el 12 de abril de aquel año, y los números hablan por sí solos: 279 agentes resultaron heridos, 82 personas fueron arrestadas y más de 100 coches quedaron para el arrastre. Fue un sonoro grito de ira contra la injusticia.

En este contexto, la historia sigue a Wheatle de nuevo en otra institución del estado: la prisión, donde tuvo que pasar cuatro meses como resultado de su participación en las revueltas. Toda esta historia es cierta, así como la relación que establece con su compañero de celda, Simeon, que se convierte en su mentor y que, como nos cuenta la película de McQueen, prácticamente le cambió la vida. Reorientar su ira hacia la literatura fue el último paso en una vida realmente turbulenta: Wheatle procesó sus experiencias en la poesía y la narrativa de ficción, debutando con la aclamada Brixton Rock en 1999, en la que, precisamente, cuenta sus experiencias en las manifestaciones que vivió en Brixton.

Una curiosidad: Alex Wheatle fue uno de los guionistas de Small Axe al inicio del proyecto, hace ya cinco años, y no tenía ni idea que su historia acabaría convirtiéndose en el centro de uno de sus cinco episodios. McQueen quería explorar la historia de un hombre joven negro que hubiese tenido experiencia con las instituciones británicas, y la suya fue un match perfecto. Ahora que podemos ver el resultado final, no podemos estar más de acuerdo.

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Movistar+ / Small Axe

Lovers Rock: Una noche para recordar

Este es quizás el episodio más aplaudido de Small Axe, y el único que no se basa directamente en una historia real. Aunque eso no quiere decir que en lo que vemos no haya una voluntad de retrato realista de una noche de fiesta en el Londres de 1980. Lovers Rock es un relato increíblemente sensorial lleno de música (pero que mucha música) y baile sensual y catártico, que se basa en las memorias de su co-guionista, Courttia Newland, cuya madre solía organizar este tipo de fiestas en casa.

La historia nos presenta a dos personajes ficticios, Martha (Amarah-Jae St Aubyn) y Franklyn (Michael Ward), que se conocen en una fiesta típica de la época: se celebraban dentro de casa, donde podían disfrutar en libertad sin tener que preocuparse por la opresión racista que ya sentían diariamente en los lugares públicos. De hecho, en una escena de la película, vemos cómo la protagonista sale un momento de la casa y se encuentra con un grupo de jóvenes blancos, que empiezan a increparla desde lejos, dedicándole incluso sonidos de monos. Es un momento que rompe por un momento esa burbuja de felicidad y disfrute en la que nos había sumergido la fiesta de puertas hacia adentro, y un recordatorio de que el racismo seguía galopante en la sociedad británica de la época.

Pero lo que nos importa es lo que ocurre dentro, donde quizás no hay racismo, pero desde luego hay una misoginia y acoso sexual preocupante. Y, por descontado, ese sí es un aspecto real como la vida misma. Como dice la protagonista, ¿no puede una mujer divertirse en una fiesta sin tener a cada minuto a un tipo comiéndole la oreja?

Lovers Rock es una celebración del reggae que bebe de la realidad. La productora ejecutiva Tracey Scoffield recordaba en Radio Times lo icónico de este tipo de fiestas, muy habituales en la época: "Son estas fiestas en las que los dueños de las casas limpiaban sus habitaciones y sacaban todos los muebles fuera, y traían un sistema de sonido y altavoces grandes, a menudo caseros, junto con el equipo que tocaba la música: el DJ, que hablaba a la multitud, y el que elegía la música. Se corría la voz por el vecindario y los asistentes a la fiesta pagaban una pequeña tarifa de entrada. Para la comunidad más antigua de las Indias Occidentales, Lovers Rock traerá muchos recuerdos felices y espero que inspire una nueva encarnación del blues de el público más joven".

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Movistar+ / Small Axe

Education: Contra la segregación

Small Axe acaba, oficialmente, con Education. Y es un final duro de digerir. Como en el caso de Lovers Rock, este último episodio se hace eco de eventos reales aunque su principal protagonista sea una creación ficticia, pensada para representar a todos los afectados del controvertido tema que aborda: la segregación racial con la excusa de un supuesto problema educacional.

Así conocemos a Kingsley, un niño que es extraído de la educación, digamos, habitual y enviado a un centro especializado para niños, y esta es la terrible palabra que utilizan, "subnormales". Ambientada en Londres en 1971, nos presenta la figura (ahora sí, real) que abogó por esta separación: Alfred Doulton, quien originaría el conocido como The Doulton Report, un informe donde se afirmaba que los niños negros pertenecían a estos centros especiales basándose en una serie de tests que determinan el cociente intelectual realizado a alumnos de primaria. Pero el truco lo explicaba bien la productora de la serie, Tracey Scoffield, explicando que no se tenían en cuenta factores determinantes de su situación: "Las razones por las que no aprobaron esas pruebas del coeficiente intelectual tuvieron que ver con el hecho de que no nacieron y se criaron en Inglaterra y no conocían la cultura, junto con el hecho de que el inglés era probablemente su segundo idioma".

Education muestra, además, que asistir a estos centros limitaba considerablemente las oportunidades profesionales y vitales de los alumnos, y hacerlo por defecto con los miembros de la comunidad negra británica era una injusticia terrible y un síntoma más del racismo rancio que reinaba en el país en los años 70. Todo un escándalo que acabaría saliendo a la luz gracias a un grupo de madres para derribar las teorías de Doulton.

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