La semana pasada Íñigo Errejón logró acordar con el Gobierno de coalición la creación de un fondo de 50 millones de euros para ayudar a las empresas que quieran implantar la jornada laboral de 32 horas semanales de manera voluntaria. Lo primero que me vino a la cabeza, como autónoma que soy, fue "¡32 horas! si yo mataría por trabajar solo 40". Y como yo todos los periodistas, traductores, dibujantes y autores que cobran por pieza, ya no te digo esos falsos autónomos –peluqueras, profesores, "colaboradores externos"– o los "emprendedores" tipo riders o Uber; en definitiva, todas esas personas que trabajan mucho más de 40 horas a la semana, sin vacaciones ni fines de semana, con temor a ponerse enfermos porque si no trabajan no cobran. Pero me estoy yendo del tema. Está claro que el mundo se divide en dos: los que tienen nómina y los que no. Dejemos de lado los que no, y centrémonos en los que tienen nómina, en los que (en teoría) trabajan como mucho 40 horas a la semana. ¿Realmente se puede implantar la jornada de 32 horas? ¿Pros y contras? ¿Cuándo podría ser una realidad? ¿Cómo afectaría a la economía?

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Productividad y salarios

Hemos visto con la pandemia lo que somos capaces de hacer gracias al avance tecnológico. Si miramos atrás, veremos como los puestos de trabajo se han ido reduciendo en los últimos años: hay empleos que prácticamente han desaparecido: ni mecanógrafos, ni taquígrafos, ni correctores de estilo, ni traductores, ni mensajeros… Y lo mismo en los comercios, donde ya no hacen falta ni cajeras. Han surgido nuevos empleos (programadores web, community managers, etc...) pero no suponen el volumen de trabajadores que había antes. A medida que la tecnología avanzaba y las máquinas hacían más trabajo, la empresa iba ahorrándose sueldos mientras la productividad aumentaba. Se ha perdido calidad, pero qué más da, si lo que importa es maximizar los beneficios, ¿que salgan en prensa titulares con faltas de ortografía o que te pases dos horas esperando con la oreja pegada al auricular una explicación de por qué se ha caído internet y cuándo volverá a haber servicio? Eso no parece importar, la mala calidad, la mediocridad, es permitida, incluso aplaudida, si eso conlleva un mayor margen de beneficios. ¿Te acuerdas de cuando entrabas en un bar y había doce camareros, con lo que no tenías que esperar ni dos minutos a que te sirvieran? Ahora solo sirven tres y te pasas veinte minutos esperando que te atiendan. Y esos camareros tenían tres o cuatro hijos y vacaciones pagadas, mientras que sus homónimos contemporáneos lo que tienen son dos carreras y hasta algún máster y viven en pisos compartidos.

Eso es explicación de andar por casa. Pero hay una explicación macroeconómica, https://academic.oup.com/cje/advance-article-abstract/doi/10.1093/cje/beaa055/6062013

Salarios y Seguridad Social

Qué más da que el producto o el servicio sea malo, porque lo que importa es ganar dividendos, que los accionistas sean más ricos y el resto del mundo más pobres. De hecho, ahora percibo una nueva moral que se caracteriza por una falta de pudor extrema: antes directivos y gerentes se enorgullecían de pagar sueldos justos, de ofrecer un producto de calidad, ahora se enorgullecen de abaratar al máximo (en detrimento del producto, de los trabajadores y del cliente) con tal de que los accionistas ganen más dinero. Y eso repercute en la economía, a más precariedad laboral, menos ingresos a la seguridad social. Es preciso recordar que de ahí sale el dinero para Sanidad, Educación, Servicios Sociales.

trabajador fichando en los años 1950
Bettmann//Getty Images

Reducción de jornada y desempleo

Hay un estudio de Luis Cárdenas y Paloma Villanueva publicado el pasado mes de enero en el Cambridge Journal of Economics en el que analizan cuál serían los efectos macroeconónicos en España si reducimos la jornada a cinco horas menos a la semana sin reducción de salario. Según el estudio, se crearían 560.000 empleos, que reduciría la tasa de desempleo en un 2,6 %. Esa nueva contratación aumentaría en un 4,2 % los ingresos en la Seguridad Social, el PIB aumentaría un 1,55 % como consecuencia del impacto del salario en la demanda y consumo de bienes y servicios. Otro resultado interesante es que las mujeres se verían más afectadas por la reducción de horas, ya que sufren un mayor nivel de subempleo que los hombres. Además, es probable que las empresas amplíen las horas de los subempleados, antes de contratar a nuevos trabajadores, con lo que muchos empleos a media jornada pasarían a ser a jornada completa.

¿Se puede hacer el trabajo de 8 horas en menos?

Depende del puesto del puesto y del sector. En trabajos de oficina, puede ser. Esas paradas para tomar un café, echar un cigarrito o comentar la última serie de Netflix no las hacen los que trabajan por cuenta propia, ya te lo digo yo. Conozco una editorial catalana que en los años noventa y a principios del 2000 –la época de tirar la casa por la ventana– solo hacía a sus trabajadores contratos de 30 horas a la semana, con eso lograba reducir la masa salarial en un 25 %. El director se había dado cuenta de que el trabajo salía igual, que publicaban el mismo número de libros al mes, solo que la gente perdía menos el tiempo y eso que entonces eran los albores de internet y Zuckerberg aún no había ni empezado la carrera.
Aun así, no todo el mundo mata su tiempo surfeando la web. El trabajar en casa ha servido para que muchas empresas (sobre todo las más grandes) dejen de dar importancia a la "presencialidad" y se centren en la productividad. A valorar los objetivos cumplidos, no el tiempo que pasamos calentando la silla. En algunos sectores y empresas será indispensable que contraten más personal para cubrir esa demanda, y eso tiene un coste para la empresa, ya que la idea de la propuesta de Más País es "trabajar menos por el mismo sueldo". En la mayoría de los casos se tendrá que contratar personal extra, con lo que es un nuevo gasto para la empresa sin por ello aumentar los ingresos, al menos en los primeros años. Pero de cuántos años hablamos.

Pros y contras

Beneficios de la semana de 32 horas

Huella climática: Con la semana de cuatro días laborales equivale a menos horas de oficinas gastando luz y aire acondicionado y menos coches dirigiéndose al centro de la ciudad a la semana, lo que provocaría la reducción de gases de efecto invernadero. Y eso lo dice la ciencia, tal y como se recoge en este artículo publicado en Science Direct.

Sin embargo, un estudio elaborado por el think tank británico Autonomy, señala que los principales países desarrollados tendrían que reducir drásticamente las horas laborales para impedir que la temperatura del planeta supere los 2º C por encima de la era preindustrial. y eso se podría conseguir trabajando menos horas. Pero también señalan que la situación es tan grave que además de la reducción de la semana laboral hacen falta otras políticas específicas para reducir el calentamiento global e implementarlas a nivel mundial.

Salud: Ya en 2015 el Banco Mundial publicó un informe en el que sostiene que el exceso de horas laborales y el estrés ponen en peligro la salud de millones de personas en el mundo y es preciso tenerlos en cuenta para combatir la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiacas.

Conciliación de la vida familiar: Se podría acabar el malabarismos para ver quién recoge a los niños, quién pone y tiende la lavadora,

Aumento de consumo de productos de ocio: Al tener más tiempo de ocio, se aumentará el consumo de productos de ocio: cine, videojuegos, clases de cerámica, catas de vinos, visitas a museos.

Desventajas de la semana de 32 horas

Impacto en la empresa

Una reducción de la jornada laboral manteniendo el mismo nivel salarial, tendrá un fuerte impacto en las empresas que, de alguna forma, debe compensarse. En el experimento de Errejón y de Valencia, ese coste 50 millones de euros, los ponen el Estado, o sea, todos nosotros. Pero si trabajar cuatro días a la semana –o 32 horas– fuera obligatorio por ley, de alguna forma se debería suplir ese coste extra. La pequeña y mediana empresa que ha sobrevivido a la pandemia, ¿puede de verdad sobrevivir a esto? En el experimento de Errejón, sí, porque para eso se destinan los 50 millones de euros del fondo creado para el proyecto. ¿Pero y si se instituyera por ley? ¿No sería una sentencia de muerte para las empresas ya muy tocadas por la crisis?

Contratos en precario

El contra más grave que yo veo es que aumenten los contratos en precario, los de becarios y los de falsos autónomos para hacer frente a esas 8 horas que el trabajador dedica ahora a su ocio. Y luego está el contrato a tiempo parcial. Según explicó en Crónica Global el economista Gonzalo Bernardos, "A diferencia de otros países, en España el empleo a tiempo parcial es sinónimo de precariedad laboral. Las causas son dos: la insatisfacción con el número de horas trabajadas y la comparativamente baja retribución percibida". En países como Holanda hay escasa diferencia entre el salario por hora percibido por un trabajador a tiempo parcial y el obtenido por quien trabaja a jornada completa. Justo lo contrario de lo que sucede en España, donde el primero recibía en 2016 recibía por hora un 32,4% (10,67 €) menos que el segundo (15,5 €).

Conclusión

El experimento está en marcha, y también otro similar en Valencia. Ya hemos visto que en algunas empresas como Microsoft o Toyota y en algunos lugares del mundo ya tienen jornadas reducidas, a ver qué resultado da el proyecto y estudiar en serio si de verdad se puede implementar y cuál es el periodo necesario de adaptación para poder disfrutar de una jornada de 32 horas laborables a la semana.

de la cama al despacho y del despacho a la cama
Giphy