¿Has recibido ya la llamada? Sabías que llegaría más tarde o más temprano, pero preferías olvidarlo y entonces RIING. Se acabó el teletrabajo. Ahora entiendes qué sienten los niños el 1 de septiembre. La alegría de reencontrar a los amigos, de volver a la rutina, de levantarse a las 6 de la mañana para coger el metro o la atiborrada autopista, de hacer una pausa que no sea para poner la lavadora, de volver a tener horarios, de atravesar otro atasco a la vuelta, en fin, una lista interminable de pros y contras. Con lo duro que se hizo adaptarse al teletrabajo en la pandemia ahora hay que volver a adaptarse a la oficina. A ti, con lo que te había costado encontrar la ropa para atender videollamadas sin que se te note el pijama.

Lo mejor es tomárselo con humor. Aunque en muchas empresas la vuelta a la oficina estaba programada para septiembre de 2021, la variante ómicron de la pandemia retrasó la reincorporación de muchos trabajadores que están recibiendo estas semanas la llamada para volver al trabajo presencial. Cabizbajos, arrastrando las pantuflas (¡ay!, cómo las vamos a echar de menos), bajo la mirada inclemente de los niños de la casa recordamos ácidamente la alegría con que cada año les cantamos eso de “volver a empezar, otra vez”. Tal vez por eso se ha hecho tan viral ahora este video del canal De Ideale Wereld. Viral por WhatsApp, claro, que somos oficinistas. ¿Ok, boomer?

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“El 1 de septiembre es un nuevo comienzo para todos, no sólo para los estudiantes” reza la descripción del video original. A partir de esa idea, el escritor Sam Peetermans y el director Guus Tijsseen han realizado el divertido sketch que ahora, casi medio año después, arrasa entre los que vuelven a la oficina. En él vemos a un adulto siendo llevado de la mano por su hija pequeña al trabajo. “No quiero, no, no quiero”, parece decir, otra vez comer de la fiambrera… “Pero vas a volver a ver a los amigos”, le anima ellaa. ¿Recuerdas cuando eras tú el que decías eso a los niños?

Al final, todo va bien. ¿No ha sido para tanto, no? El adulto se lo ha pasado pipa con sus hojas de cálculos y sus reuniones sobre resultados trimestrales y vuelve a casa brincando, de mano de su hija. Le va a hacer un plato de espaguetis por haber sido tan valiente. Hay que volver a adaptarse pero la oficina no es tan mala. Ánimo.