"Ya está aquí la pesada de Albacete", estarás pensando, y con toda la razón. Pero eh, si me queréis, y me leéis a menudo, eso solo puede significar dos cosas. La primera es que no tenéis criterio ninguno y la segunda es que sabéis que soy embajadora no oficial de la ciudad que me vio nacer.

Aclarado esto, hoy estoy aquí para hablar de un pueblo albaceteño que es 'mu' bonico', que diríamos los de mi tierra. Su nombre es Chinchilla de Montearagón. Y lo primero que tenéis que saber de él es que:

Albacete está en llano, Chinchilla en cuesta
Chinchilla en cuesta, Chinchilla en cuesta,
la Virgen de los Llanos a la traspuesta.
Chinchilla en cuesta, Chinchilla en cuesta,
la Virgen de los Llanos a la traspuesta.

Ah y que Desde lo alto Chinchilla, se ve La Roda. Sí, la de los Miguelitos.

Nota al lector: esta es la letra de una seguidilla manchega, la más popular de todas, que se baila fuertemente, y con traje regional, durante la Feria de Albacete, la más divertida de todas.

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Chinchilla de Montearagón: ni tiene chinchillas ni está en Aragón

Igual su nombre miente un poco, pero chico, yo también me llamo Carmen como Carmen Electra y si nos ponemos juntas pues tú me dirás. Así que nunca, nunca os fieis por el nombre de nada. Y menos si pone alargador y luego pene. Terminarás en urgencias. Pero vayamos ya a descubrir las maravillas de Chinchilla de Montearagón, un pueblo perfecto para una escapada de fin de semana o para visitar esta misma Semana Santa.

P.D: Lo de las chinchillas igual hay alguna, pero yo nunca me he cruzado con ellas. Por si acaso, aquí os dejo la imagen de una y si os la encontráis saludadla, tiene pinta de maja.

small chincilla in his enclosure
ullstein bild//Getty Images
Bonitas... bonitas... NO SON.

Un no parar de aprender con Carmen Raya, no digáis que no. Y ya, que ahora sí que os voy a hablar de lo importante.

Qué ver en Chinchilla de Montearagón: de su castillo a sus cuevas

Lo tiene todo, papi. Y lo digo con conocimiento de causa porque he estado más de una y más de dos veces en Chinchilla gracias a sus fiestas. Nada como una verbena en la plaza del Ayuntamiento y unos buenos restaurantes donde ponerte fino a comer y a beber.

Pero antes de poneros a perder neuronas, os recuerdo que debéis visitar su castillo y sus cuevas. ¿Por qué? Pues porque queda feo el turismo alcohólico y lo lógico es decir que vas por el rollo cultural y luego ya pues te vas a por las cervezas.

Un castillo de los de toda la vida

Con sus torres, sus entradas y sus cosicas de castillo. Vaya, que si lo llega a ver Walt Disney lo mismo hoy Disneyland París estaría en Chinchilla. El origen del conjunto es la tela de antiguo, ya que sobre los cimientos romanos se han encontrado restos de murallas godas, árabes y cristianas, siendo la remodelación de estos últimos ordenada por el infante don Juan Manuel, señor y príncipe de Villena. Ojalá algún día ser señora y princesa de cualquier sitio. Qué vidorra.

Cuevas del agujero porque ¿hay de otras?

Sin saber yo nada de cuevas me atrevo a decir que estas te van a encantar. Su originalidad arquitectónica, en la que todo son formas curvilíneas o abovedadas, su ideal temperatura y su gran ambiente acogedor, íntimo y rústico, las han convertido en uno de los mayores reclamos del turismo rural de esta zona.

Normal. El único problema es que no te puedes quedar a vivir en ellas que sino...