youtubeView full post on Youtube

Una tableta de chocolate negro negrísimo con forma y (lo más importante) grosor de hamburguesa a la brasa, derritiéndose sobre unos deliciosos panecillos, sí, has acertado, también de chocolate. Sirope de frambuesa por encima, a granel. Aritos de chocolate blanco de tamaño y proporciones generosas. Rodajas de naranja confitada (imaginamos que de las toneladas que sobran de los roscones de Navidad). Hojas de chocolate finísimas, cortadas con precisión de cirujano cardiovascular. Y crema, mucha crema, de vainilla. ¿Cómo lo ves? ¿Le darías una oportunidad?

Burger King nos tiene acostumbrados a desopilantes productos a modo de inocentadas cada 1 de abril (fecha en la que se celebra April Fools', los Santos Inocentes anglosajones). Que si pasta de dientes con sabor a Whopper, para tener todo el frescor de una boca bien limpia, pero con el regustillo de una hamburguesa las 24/365:

Que si patatas individuales para cuidar nuestra línea:

Está claro que el más impresionante es éste último, entre el vozarrón que tiene el locutor, que parece que está presentando a unos luchadores de la World Wrestling Federation y encima en francés, que parece que va a acontecer el fin de los tiempos, pero el que quizá tenga más sentido empresarial sea la hamburguesa de chocolate. Desde que en 1760, Benjamin Franklin diseñara el mítico Sandy, la carta de postres de Burger King, las cosas como son, pocas novedades ha dado a la gastronomía rápida.

En uno de los comentarios a la inocentada, entre alusiones a obesidad, diabetes, e incluso reflexiones científicas sobre el mono que te puede sobrevenir con tanto consumo de triptofano (ese precursor de la serotonina) de una sola tacada, uno de los cibernautas proponía que Burger King podría atreverse a poner, al menos durante un día, realmente este tipo de productos en el menú a ver qué pasa. De aquí a un Kickstarter de nuevos productos hay solo un paso.