• ¿Cómo puedes demostrar que tienes un jefe tóxico?
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La culpa de que tu jefe no sea un buen jefe o de que tú no seas un buen jefe la tiene Ray Tomlinson. Ay, mamaíta la que lío Ray Tomlinson cuando envió el primer correo electrónico de la historia en 1971. El mensaje QWERTYUIOP no sabía hasta qué punto iba a ser determinante en nuestra forma de trabajar y de comunicarnos. El correo electrónico se envió desde un ordenador a otro ordenador que se encontraba a su lado en Cambridge, Massachusetts, pero viajó a través de ARPANET, una red de computadores precursora de Internet. Tomlinson había estado jugando con dos programas llamados SNDMSG y READMAIL, que permitían a los usuarios dejar mensajes el uno para el otro en una misma máquina. Aplicó la idea detrás de estos programas a un tercer programa llamado CYPNET, que permitía a los usuarios enviar y recibir archivos entre ordenadores. La tecnología combinada permitió a las personas enviar y recibir archivos que podían adjuntarse entre diferentes máquinas.

Esta introducción viene a cuento de que Tomlinson, que falleció el 5 de marzo de 2016, a pesar de su éxito innovador con el correo electrónico, es mejor conocido por introducir el signo "@" como el localizador en las direcciones de correo electrónico. Y a nosotros, en el departamento de Ya Que Pinchas En El Artículo de Esquire.es nos gusta reinvindicar a esas personas que pasan desconocidas por la historia (y no, no fue Shiva Ayyadurai el inventor).

Y ahora al grano. ¿Por qué decimos que Tomlinson tiene la culpa? Porque un estudio de la Universidad Estatal de Michigan publicado en el Journal of Applied Psychology asegura que para ser mejor jefe es más que recomendable revisar tu correo electrónico con menos frecuencia. La investigación básicamente demuestra que mantenerse al día con el constante tráfico de correo electrónico exige mucho a los jefes, lo que les impide alcanzar sus objetivos y ser buenos líderes. Tú y yo ya lo intuíamos, pero ahora podemos presumir de estudio. ¡Al estudio fresquito, oiga! ¡Tenemos estudio, señora!

La investigación, dirigida por el profesor de gestión Russell Johnson, es una de las primeras en examinar cómo las distracciones del correo electrónico afectan a los jefes, su productividad y a su papel como líderes.

Según este estudio, los empleados pasamos más de 90 minutos todos los días, o siete horas y media todas las semanas, recuperándonos de las interrupciones del correo electrónico. Los jefes, asegura Johnson, no son diferentes, y sus distracciones tienen implicaciones de mayor alcance. Claro, que para eso son jefes. Hombre, ya.

"Como la mayoría de las herramientas, el correo electrónico es útil, pero puede llegar a ser perjudicial e incluso dañino si se usa en exceso o de forma inapropiada", asegura Johnson. "Cuando los jefes son los que intentan recuperarse de las interrupciones del correo electrónico, no logran cumplir sus objetivos, descuidan las responsabilidades del jefe y sus subordinados no tienen el comportamiento de liderazgo que necesitan para prosperar".

Y ahora viene lo bueno. Como a los jefes les cuesta volver a concentrarse después de 'perderse' en el correo electrónico, para sentirse productivos abordan las tareas menos productivas, más fáciles y más rápidas de hacer, obviando la gestión del equipo. ¡Por eso parece que no hace nada en todo el día! ¡Es que no está haciendo nada! Gracias, ciencia, por arrojar esta luz reveladora.

"La moraleja de la historia es que los jefes deben reservar momentos específicos para revisar el correo electrónico. Esto pone al gerente en control, en lugar de reaccionar cada vez que aparece un nuevo mensaje en la bandeja de entrada, lo que le quita el control al gerente", asegura Johnson. "Como citamos en el documento, los hallazgos de investigaciones anteriores sugieren que lleva tiempo y esfuerzo a los empleados hacer la transición entre el correo electrónico y las tareas laborales, por lo que minimizar el número de veces que tienen que hacer esa transición es para su beneficio".

Ahora le vamos a enviar un correo electrónico al tal Russell Johnson para proponerle que en otro estudio evalúe cómo afecta a un jefe estar todo el Santo día hablando en lugar de trabajando. Lo mismo le sale un estudio chulo.