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En un alarde de originalidad vamos a introducir este sustancioso artículo sobre las 10 posesiones materiales (más o menos asequibles) que todo hombre debe tener, con una escena de Los Simpson. ¿Acaso no está todo en estos dibujos? Pues por eso. Venga. Sitúate. Es el episodio en el que se nos cuenta la historia de la formación de ese grupo sospechosamente parecido a The Beatles que se llama Los Solfamidas. El caso es que durante una visita a un mercadillo Homer descubre una serie de objetos a la venta por cinco centavos entre los que se encuentran, a saber, el valiosísimo nº 1 de Action Comics donde aparece por primera vez Superman; un violín Stradivarius; un puñado de sellos postales en los que aparece un avión impreso al revés, que es el Santo Grial de los coleccionistas; y por qué no, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
¿Dónde queremos ir a parar con esto? Pues a que si hubieras tenido la oportunidad de comprar alguno de estos artículos a algún despistado vendedor en el rastro de pueblo o ciudad ahora serías millonario. Y si esto te parece un tanto disparatado, ya que lo es, piensa simplemente en lo afortunado que te sentirías ahora si en diciembre de 2011 hubieras decidido comprar un puñado de bitcoins. ¿Sabes cuánto valían entonces? Dos dólares cada uno. ¿Sabes a cuánto se cotizan mientras tecleamos estas palabras? A 39.111 euros cada uno. Cierto, los bitcoins son el diablo y están acabando con el planeta, o eso dice Bill Gates, pero si tuviéramos un puñado en el criptobolsillo lo mismo llegábamos un pelín más holgados a final de mes.
Pero ya basta de vivir en un presente alternativo. Centrémonos en el aquí y ahora. Todo hombre pasa por esos momentos en los que mira hacia atrás y se arrepiente de no haber actuado antes. Ya fuera para aprovechar una buena oferta en un reloj, un móvil mejor que el que tienes ahora o una acción en una empresa que luego se dispara en la Bolsa. Muchas veces dejamos pasar grandes oportunidades simplemente por falta de conocimiento sobre lo que está de moda o lo que más tarde lo estará. ¿Cómo podemos entonces adelantarnos a las tendencias del futuro invirtiendo antes de que su valor se dispare? Pues mirando al pasado y aprendiendo. Estas son, sin más dilación, las 10 cosas que si aún no posees, desearías haberlo hecho antes.
Una buena bicicleta
¿Sabías que en nuestro país estamos viviendo un auténtico boom en cuanto a fabricación de estos ecológicos vehículos de dos ruedas? Tras dispararse la demanda de bicis tras el confinamiento del año pasado, en 2020 se fabricaron bicicletas por valor de 142,1 millones de euros, nada menos que un 20,6% más que en el año anterior. ¿Y sabías que en con 17 millones de habitantes y 23 millones de bicicletas, Holanda cuenta con más bicis que personas?
Cada vez más, el uso de la bicicleta se está convirtiendo en algo muy importante: no solo es una buena forma de mantenerse en forma, sino que también es un medio de transporte muy eficiente. De hecho, la está reconocida como el más eficiente del mundo, con un porcentaje de conversión de energía de alrededor del 98%. ¿Qué te hace falta para ponerte a dar pedales? Aquí tienes la bicicleta de montaña mejor valorada en Amazon y si el dinero no es problema (¿quizá sí compraste unos bitcoins después de todo?) echa un vistazo a esta bicicleta de carreras con asistencia eléctrica que vale igual que una moto.
Una gran fragancia
Alguien tiene que decírtelo, por fresco y con olor a limpio que sea tu desodorante habitual, no es suficiente. Todo hombre debería tener su propia 'fragancia de autor'. Y no nos referimos a ese olor que te delata si llevas tres días sin ducharte y ni siquiera la mascarilla de tus compañeros de oficina es capaz de ocultarlo.
La fragancia de un hombre es una de las mejores cosas que el dinero puede comprar ya que incluso puede decir más de ti que la ropa que lleves puesta. Piensa en lo importante que es dejar una impresión duradera tras de ti cuando sales de una habitación. O que la gente te asocie con un olor característico maravilloso. Eso no tiene precio. Bueno, lo tiene, pero no tanto como puedas imaginar. Tu carta de presentación pasa por escoger el perfume adecuado y como la elección no es una tarea sencilla, aquí te explicamos cuáles son los requisitos que debes tener en cuenta.
Unos espectaculares vaqueros
¿Recuerdas de memoria cuántos jeans tienes el armario? Y de ellos, ¿cuántos te pones más a menudo? ¿Dos? ¿O quizá eres capaz de llevar el mismo vaquero dos semanas seguidas cada día? No te vamos a juzgar, solo te recomendamos que si vas a hacerlo elijas un pantalón de calidad, del que no te vayas a cansar pronto, que sea cómodo y a la moda. No es tan difícil, aquí te damos unas cuantas ideas.
Y si se te hace cuesta arriba elegir los que mejor van con tu estilo entre tantos términos arcanos como loose, tappered, skinny, straight o cropped, no te pierdas nuestra guía animada para que aciertes al cien por cien esta vez con tus pantalones vaqueros fetiche, te saques un máster en los diferentes cortes que existen y en cómo se llevan hoy en día.
Unas botas de siete leguas
Vale, no hace falta que sean las de Pulgarcito, pero la importancia de unas buenas botas no es algo que debas desdeñar, pese a que el verano esté asomando la patita y con el calor lo último que te apetezca sea calzarte unas dr. Martens. Pero como este artículo está hecho con vocación atemporal, simplemente ten en cuenta que no hace falta que pases más inviernos sintiendo frío en los tobillos ni que pienses que es sacrilegio lucirlas con un traje.
Un buen par de botas pueden ser a la par elegantes y discretas. Por ejemplo, las botas Chelsea son lo suficientemente formales como para llevarlas en el trabajo si toca ir arreglado, pero también lo suficientemente informales como para combianarlas con unos vaqueros slim-fit. Además te protegen de las inclemencias del tiempo y son cómodas a la hora de pisar sobre cualquier terreno. Ya lo decía Nancy Sinatra: These boots are made for walkin'...
Un sombrero fetén
Los sombreros no son sólo para los vaqueros o los gángsters. Cierto: las cosas han cambiado desde hace un siglo, cuando todo varón cubría su cabeza con uno, pero eso no significa que no sigan siendo un gran complemento que no debería faltar en el vestuario de cualquier caballero del siglo XXI. Más aún si vas a salir a la calle a 40º en agosto y te empieza a clarear el cartón.
Cierto, elegir el sombrero adecuado para tu cabeza puede ser todo un reto y puedes necesitar de ciertos ensayos y errores hasta acertar con el que te va perfecto. ¿Uno de cowboy? ¿Una fedora? ¿Un panamá? ¿Un bombín como el de Sabina? ¿Quizá una chistera estilo Arsenio Lupin? ¿O te ves muy propio con una boina igual que las de los Peaky Blinders? No dejes de buscar el que mejor se adapte a ti y no olvides descubrirte al entrar en la Iglesia, cuando saludes al jefe o estés en presencia de una dama, como mandan los cánones.
Unos flamantes Airpods
No, Apple no nos paga por decir esto. Ojalá. Pero después de interminables minutos (que se convierten en horas a lo largo de los días) desenrollando el cable de los auriculares que se ha enrollado en el bolsillo hasta límites endemoniados, decirles adiós gracias a unos airpods es una de las mejores inversiones que puedes hacer por tu salud mental y por ahorrar tiempo.
Si tienes una cierta edad y también llevaste puestos por la calle los voluminosos cascos de un Walkman de Sony, entenderás que este invento parece prácticamente algo sacado de una peli de ciencia ficción. Poder reproducir música con unos diminutos auriculares que caben en el bolsillo, que se guardan en una cajita que a la vez sirve para cargar su batería y que te permiten atender llamadas telefónicas, cancelar el ruido de fondo o decirle cosas a Siri con un solo toque de dedo es bastante increíble.
Una cafetera como Dios Manda
Obviamente, cada uno tiene su propia lista de pequeños placeres que no necesariamente incluyan estar desnudo en la cama junto a otra persona. Así a bote pronto ver de nuevo todas las temporadas de Arrested Development, descubrir que ha quedado algo de pizza del día anterior y un buen café estarían en nuestro top 3.
Así que si no quieres dejarte la nómina en cada latte del Starbucks, hazte con una cafetera en la que puedas confiar, ya sea italiana o eléctrica, y disfruta cada mañana del delicioso olor a café recién hecho. Eso sí, ten cuidado y no cometas estos dos errores de novato.
Un elegante jersey de cuello alto
Cierto, no son para todos los públicos. Según tu cuerpo pueden ser un desastre estilístico o un acierto brutal, pero eso no debería desanimarte a inter exprimir sus virtudes. Porque las tiene. Con la fiebre por la moda de los 70 aún vigente, tenemos mucho que aprender de una prenda que ya figuraba en el armario de las estrellas con más estilo de Hollywood desde Gary Cooper a Marlon Brando.
Muchas de aquellas influencias permanecen a día de hoy en el guardarropa masculino y te invitamos a descubrir las que mejor se adapten a tu estilo con esta galería de fotones que es auténtica Historia Ilustrada del jersey de cuello alto.
Un reloj fiable
Un buen compañero en tu muñeca te puede cambiar la vida y definitivamente es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Quizá a lo largo de tu vida hayas optado por gastarte poco dinero en relojes baratos que han ido fallando al poco tiempo o simplemente de los que te has aburrido porque, reconozcámoslo, ese Trolex tampoco era gran cosa.
La decisión de gastarse unos cuantos cientos (o miles) de euros en un reloj que puedas, si nos ponemos melodramáticos, entregar a tu primogénito en tu lecho de muerte, o al menos vender dentro de unos años sin que haya perdido valor, no es baladí. Afortunadamente en Esquire nos hemos anticipado a tus dudas y también tenemos una completa y sencilla guía para seguir antes de comprar tu primer reloj de auténtica calidad.
Unas intrigantes cajas de suscripción
A estas alturas de siglo y gracias a las magníficas tecnologías de la venta online no necesitamos desplazarnos físicamente para comprar ninguno de los objetos descritos anteriormente como si fuéramos siervos de la gleba camino al mercado en la Edad Media. Pero ya que vas a gastarte tu bien ganado dinero alegremente, ¿por qué no añadir una pequeña dosis de misterio?
El mundo de las cajas de suscripción es cada vez más amplio y prácticamente pueden mandarte de todo a casa periódicamente, con el aliciente de que si eres un pelín despistado habrás olvidado que tú mismo has pagado por ello y te parecerá que alguien te ha traído un regalo a casa por tu cara bonita. Investiga según tus gustos pero quizá te interese recibir cada vez mes un suministro constante de calzoncillos y calcetines molones o quizá deliciosas y variadas croquetas listas para freír. El cielo, y tu tarjeta de crédito, son el límite.
